"El 22 de diciembre de 2014 Antonio J. S. accedió al teléfono móvil de su pareja, M. P. T., introduciendo la clave y descargó un fichero guardado en el correo electrónico con una fotografía de la señora M. P. T. [su esposa en aquel momento] con un hombre, así como varios mensajes de la aplicación Line, todo ello sin conocimiento de M.P.T."
Este es parte del relato que Antonio Miralles Amorós, titular del juzgado de lo penal número 4 de Girona, en España, realizó para condenar a un hombre por espiar el smartphone de su pareja.
Según publica el diario El País, el hombre fue condenado a dos años y medio de cárcel y una multa de seis euros diarios durante 19 meses como "autor de un delito de descubrimiento y revelación de secretos con el agravante de parentesco".
La sentencia, castiga el espionaje al teléfono de la mujer por parte de su marido para recopilar pruebas de una relación extramatrimonial y aportarlas al proceso de divorcio que ambos afrontaban.
Esta sería la primera ocasión en que un suceso de estas características, si no prosperan los recursos, termina con alguien preso por espiar el celular de su pareja y podría sentar un precedente a futuro.