En su primer discurso el nuevo rey de España, Felipe VI, garantizó que sabrá hacer honor a su juramento a la Constitución y que será un jefe del Estado "leal y dispuesto a escuchar, a comprender, a advertir y a aconsejar, y también a defender siempre los intereses generales".
El nuevo monarca dijo ante el Congreso de Diputados de Madrid que para que la Corona sepa ganarse continuamente el aprecio, el respeto y la confianza de los ciudadanos, y se haga acreedora de "autoridad moral", debe "velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente".
"Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren y la ejemplaridad presida nuestra vida pública. Y el rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente, sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos", aseguró.
En su discurso expresó solidaridad con quienes se han visto "heridos en su dignidad" por la crisis económica, y subrayó que siente el "deber moral" de trabajar para revertir esta situación.
"Fe en la unidad de España"
El monarca tuvo palabras de recuerdo y homenaje hacia las víctimas del terrorismo, que "perdieron su vida o sufrieron por defender" la libertad de todos.
También proclamó su "fe en la unidad de España", de la que la Corona es "símbolo", y puntualizó que esa unidad no es "uniformidad", porque en ella "cabemos todos".
"Esa España, unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos; caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse español", dijo Felipe VI.
Para el rey, las diferentes sensibilidades no deben nunca "enfrentar, dividir o excluir", sino que deben servir para "comprender y respetar, convivir y compartir".
Apeló el monarca, igualmente, al acuerdo entre las fuerzas políticas en los asuntos de "interés general" y llamó a mirar hacia adelante para seguir construyendo "juntos", la España renovada del futuro.
Potenciar lazos con Iberoamérica
El nuevo rey abogó también por potenciar los lazos que unen el país con Iberoamérica y que pasan no sólo por la historia, sino también por la lengua y cultura compartidas y por los intereses económicos.
"Nos unen la historia y lazos muy intensos de afecto y hermandad", y "en las últimas décadas también nos unen intereses económicos crecientes y visiones cada vez más cercanas sobre lo global", afirmó.
Sobre todo, a unos y otros "nos une nuestra lengua y nuestra cultura compartidas", lo que el monarca consideró "un activo de un inmenso valor que debemos potenciar con determinación y generosidad".
Tras la ceremonia de proclamación el nuevo rey recorrió las calles de Madrid. (Foto: EFE)
En el apartado de las relaciones internacionales, en el que "España ocupa una posición privilegiada por su lugar en la geografía y en la historia del mundo", el rey aludió a la vinculación del país con Europa, que fue "una aspiración en el pasado".
"España es Europa y nuestro deber es ayudar a construir una Europa fuerte, unida y solidaria, que preserve la cohesión social, afirme su posición en el mundo y consolide su liderazgo en los valores democráticos que compartimos", sostuvo.
Esa actitud "nos interesa porque también nos fortalecerá hacia dentro", dijo el rey, para quien Europa "no es un proyecto de política exterior, es uno de los principales proyectos para el reino, para el Estado y para la sociedad".
Saludo a los ciudadanos
La proclamación de Felipe VI fue seguida en directo por cientos de medios de comunicación internacionales.
Cadenas de todo el mundo emitieron en directo imágenes de los actos que se desarrollaron en Madrid, y otros medios incluyeron en sus portadas noticias con detalles de la proclamación y alusiones a los desafíos a los que se enfrenta el nuevo monarca.
Una vez finalizado el acto en el Congreso, el rey Felipe VI y la reina Letizia, acompañados por sus dos hijas, comenzaron el recorrido por las calles de Madrid hacia el Palacio Real.
La Familia Real hizo este recorrido en dos vehículos, el primero de ellos un Rolls Royce descapotable, y que iba ocupado por los reyes, y un segundo en el que iban sus dos hijas, la princesa de Asturias, Leonor, y la infanta Sofía.
Miles de personas, entre ellos muchos turistas, agitaron banderas al paso de la comitiva real, en una jornada soleada y calurosa en Madrid, engalanada con banderas y flores para el día histórico en España.
El Rey saludó en el trayecto, de pie, en el vehículo descapotable escoltado por un desfile de caballos de la Guardia Real.
Casi 7.000 agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado se han desplegado en Madrid para que todo transcurriera sin incidentes.
Madrid y sus alrededores estuvieron blindados desde el aire, en las azoteas, en el subsuelo y a pie de calle, lugares en los que agentes de ambos cuerpos controlan la seguridad, tanto en los alrededores del Congreso y el Palacio Real, sedes de los actos principales, como durante el recorrido de la comitiva real.
Los nuevos reyes ofrecerían posteriormente una recepción en el Palacio a más de dos mil invitados, representantes de todos los sectores de la sociedad.