La primera ley de eutanasia que puede tener España ha pasado el primer filtro parlamentario con el apoyo de los grupos del Congreso, donde la propuesta del gobernante Partido Socialista (PSOE, centro-izquierda) aspira a reconocerla como "un nuevo derecho individual".
El Pleno del Congreso español aprobó por 201 votos a favor, 140 en contra y dos abstenciones la toma en consideración de la proposición de ley socialista, que "solo pretende regular un nuevo derecho para quien quiera ejercerlo" y "no obliga a nadie" como ha señalado la ex ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo.
Visiblemente emocionada, la diputada socialista ha sido la encargada de presentar la proposición que "regula un procedimiento para ayudar a morir a los que sufren una enfermedad incurable y les está generando un sufrimiento y un dolor que les resulta insoportable".
La ley reconoce un nuevo derecho que, ha dicho, se debe ejercer de forma ordenada y con todas las garantías jurídicas y sanitarias y cuya decisión se toma "libérrimamente y libre de cualquier presión social, económica y familiar".
Y para que se produzca "en las condiciones del máximo confort posible se incorpora a la cartera de servicios" y serán las comunidades autónomas a través de sus servicios sanitarios las que lo lleven a cabo, ha precisado.
Además, se creará una comisión de evaluación y control y los profesionales pueden ejercer su objeción de conciencia.
Carcedo ha subrayado que se trata de "una ley muy demandada por algunos colectivos" y que los profesionales médicos también son "partidarios mayoritariamente" de esta regulación.
"Amplio consenso"
Tras el debate, su sucesor en el cargo, Salvador Illa, ha aplaudido el "amplísimo" consenso social que genera la ley y ha abundado en que ofrece todas las garantías para los pacientes y los profesionales.
Illa ha subrayado que "se harán todos los esfuerzos" para que quede aprobada "a la mayor brevedad posible", lo que podría ser en junio, según ha comentado que le ha dicho la portavoz socialista, Adriana Lastra.
Sin embargo, para el principal partido de la oposición en España (Partido Popular, centro-derecha) esa ley no ofrece ninguna garantía porque detrás de ella ve un "asunto financiero" con el que el PSOE quiere ahorrarse el coste que supone para el sistema tener que atender a personas enfermas y mayores, según ha dicho el diputado José Ignacio Echániz, quien ha sido el centro de todas las críticas.
La iniciativa socialista ha sido también duramente criticada por los ultraderechistas de Vox, cuya portavoz, Lourdes Méndez Monasterio, ha denunciado que la ley "convierte al Estado en una máquina de matar y a los médicos en sus cómplices y verdugos" y avala "un homicidio asistido en respuesta a un sistema quebrado de pensiones".
Cuestionamientos de la iglesia
Desde la tribuna de invitados del hemiciclo ha seguido el debate Ángel Hernández, quien ayudó a morir a su pareja, María José Carrasco, enferma de esclerosis múltiple, por lo que fue acusado de violencia de género e, incluso detenido, y posteriormente puesto en libertad.
En declaraciones antes del debate, Hernández, que ha sido citado por la mayor parte de los grupos que apoyan la eutanasia, se ha mostrado convencido de que la ley va a llegar "a buen puerto" al considerar que "a la tercera va la vencida".
Por parte de la Iglesia católica, el secretario general de la Confederación Episcopal Española, Luis Argüello, defendió los cuidados paliativos y rechazó la eutanasia. Habló de "la radical dignidad de la vida humana en todo momento y toda circunstancia", así que "provocar la muerte de manera activa nunca es una buena solución".