Katharina Katit-Stäheli, de 40 años, había escapado de su país llevándose ilegalmente a Dylan, de 10 meses.
Lo mató tras pedir autorización a la Policía para bañar al bebé.
La Policía descartó haber sido negligente en la custodia de la mujer, que intentó suicidarse.
Una mujer suiza que era buscada porque se había llevado ilegalmente a su hijo de 10 meses degolló al bebé con un cuchillo en un hospital de la localidad de Torrevieja, en España.
Según informaron fuentes policiales, los hechos ocurrieron la pasada noche después de que la mujer, que era custodiada por dos agentes de la Guardia Civil, les pidiera permiso para bañar al bebé y aprovechara la ocasión para sacar del bolso un cuchillo y matarlo.
La mujer es Katharina Katit-Stäheli, de 40 años y nacionalidad suiza, a quien las autoridades de su país reclamaban porque se había llevado ilegalmente a su hijo Dylan, que estaba bajo tutela médica en Zúrich.
A la mujer se le había quitado la custodia debido a los cuidados médicos que necesita el lactante, informó la Policía cuando solicitó la colaboración ciudadana para localizarlos.
Descartan negligencia
Tanto la madre como el bebé estaban desaparecidos desde el pasado 24 de diciembre y se sospechaba que podían haber salido del país.
Una mujer avisó ayer a la Policía española y comunicó que creía haber visto a la denunciada en un centro comercial de Torrevieja, donde fue interceptada con el bebé.
Las fuerzas de seguridad llevaron a ambos a un hospital para una revisión médica a la criatura, dado que sufría una patología grave.
El niño fue ingresado bajo custodia policial y un médico y una enfermera llegaron a entrar en la habitación para iniciar las pruebas, momento en el que la madre pidió poder bañar al niño.
Mientras que lo desvestía y los agentes custodiaban la puerta por el exterior, sacó un cuchillo que llevaba en el bolso y lo degolló antes de intentar repetir esa acción consigo misma.
La mujer fue intervenida quirúrgicamente de urgencia y está ingresada en el hospital.
Las fuentes dijeron que los agentes siguieron el protocolo establecido para este tipo de casos, ya que de la orden de búsqueda no se podía intuir que la mujer pudiera tener alteradas sus facultades mentales.
