La Cámara de Diputados rechazó este miércoles la reelección como presidente del Gobierno del líder del PP (centroderecha), Mariano Rajoy.
En la que es la primera votación de investidura, el jefe de Gobierno obtuvo 180 votos en contra de los socialistas (85 diputados), la coalición de izquierdas Unidos Podemos (71) y 24 parlamentarios de varias formaciones nacionalistas que completan la Cámara.
Rajoy logró 170 votos a favor, procedentes de su partido (137), de los liberales de Ciudadanos (32) y de una diputada moderada canaria.
Tal como establece la Constitución, el viernes próximo tendrá lugar una segunda votación sobre Rajoy, aunque el tono del debate permite augurar que será rechazado de nuevo.
A partir de hoy se abre un período legal de dos meses en los que el rey Felipe VI podría proponer nuevos nombres para la candidatura a jefe del Ejecutivo, pero si transcurre ese plazo sin un presidente elegido se disolverá el Parlamento y se convocarán nuevas elecciones legislativas para Navidad.
Mientras tanto, Rajoy se mantiene como presidente del Gobierno en funciones, con competencias limitadas.
Segunda votación sin grandes expectativas
La posición expresada por los distintos portavoces en el debate hace prever que Rajoy volverá a ser derrotado en la segunda votación, el viernes próximo.
En este caso le bastaría tener más "Sí" que "No" y, con ese objetivo, Rajoy dirigió hoy sus argumentos hacia el líder del PSOE, Pedro Sánchez, para que promueva la abstención de una parte de sus diputados y permitir así la formación de un nuevo gobierno.
"Déjennos ustedes al menos gobernar. No bloquee y no nos lleve a una tercera convocatoria electoral", dijo Rajoy a Sánchez, quien previamente ratificó su "no" al líder del PP.
Las palabras de Rajoy aluden a que los comicios del 26 de junio, que dieron un Parlamento fragmentado, fueron la repetición de los celebrados en diciembre pasado, en los que se puso de manifiesto la falta de acuerdo entre los partidos.
Mantener esa situación podría derivar en una nueva cita con las urnas a finales de año, la tercera en 12 meses.
Aseguró que España necesita un gobierno con todas sus competencias y no se puede estar "celebrando elección tras elección" hasta que se produzca un resultado "que le guste al señor Sánchez".
El "No" socialista
El líder socialista, cuya candidatura al Gobierno fue derrotada en el debate de investidura de marzo pasado, justificó hoy su rechazo a Mariano Rajoy por la gestión desarrollada entre 2011 y 2015, basada -a su juicio- en la corrupción y el incremento de la desigualdad.
"No podemos apoyar aquello a lo que nos enfrentamos", dijo Sánchez, quien acusó a Rajoy de ser el líder de "un partido imputado" por corrupción, en alusión a que el PP será juzgado en un caso en el que están imputados cargos de esa formación.
Rajoy no quiso responder a esa acusación por considerar que "no aporta nada" a este debate, aunque defendió que ha adoptado medidas contra la corrupción.
Los liberales de Ciudadanos negociaron un acuerdo de un centenar de puntos en distintos ámbitos que vino precedido de la firma de un pacto contra la corrupción que obligará a la creación de una comisión parlamentaria de investigación sobre la contabilidad del PP.
Los nacionalistas vascos y catalanes del PNV y de PDC, que ideológicamente son más próximos al PP por situarse también en el centroderecha, también rechazan a Rajoy, de quien afirman que se opone a la cesión de competencias a las regiones y practica el centralismo.