El líder del centroderecha español y presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, admitió que renovar en ese cargo la semana próxima durante el debate y votación de investidura en el Congreso es más un deseo que un hecho factible.
A tres días de comparecer ante los diputados para solicitar su reelección, Rajoy mostró este sábado durante un acto de su partido en la región de Galicia que no tiene muchas esperanzas en obtener la confianza de la Cámara.
Las comicios del 26 de junio pasado dieron al PP 137 escaños, por delante de los socialistas (85), la coalición de izquierdas Unidos Podemos (71) y los liberales de Ciudadanos (32), en un Congreso que se completa con varios pequeños partidos nacionalistas.
Con Ciudadanos el PP tiene avanzado un acuerdo para obtener su apoyo en la votación del 31 de agosto, en la que Rajoy necesitaría la mayoría absoluta, fijada en 176 votos.
El rechazo ese día llevará a una segunda votación el viernes 2 de septiembre, en la que sería suficiente tener más votos a favor que en contra, pero el rechazo explícito de los dos partidos de izquierda y de las fuerzas nacionalistas también dejaría a Rajoy sin renovar su cargo.
Hoy el dirigente "popular" admitió esa perspectiva al afirmar que "la formación de gobierno hoy es más un deseo que un hecho".
Con la primera votación, el 31 de agosto, se pondrá en marcha el mecanismo previsto en la Constitución por el cual, si transcurren dos meses sin que el Parlamento haya elegido un nuevo jefe del Ejecutivo, se convocarán automáticamente nuevos comicios.
La posibilidad de una tercera convocatoria de comicios en un año - serían en diciembre próximo - planea sobre la política española y Rajoy señaló que se trata de un escenario "ridículo" que, sin embargo, puede hacerse realidad.
Por ello el líder del PP apeló a la "responsabilidad" de los socialistas, de modo que puedan abstenerse en la segunda votación, del viernes, y permitir la elección del nuevo Gobierno.
Los socialistas, no obstante, no tienen intención de modificar su rechazo al candidato del PP en las dos votaciones de la semana próxima.
Si se confirma la derrota en el Congreso, el Gobierno de Rajoy seguirá en funciones y con competencias limitadas, mientras se mantiene la incertidumbre sobre la política del país.