El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, advirtió este domingo que la crisis económica en España no ha tocado fondo y que "los problemas son extremadamente graves y las medidas no serán agradables".
Rajoy se refirió a la actual situación económica de España en su discurso de clausura del XVIII Congreso del Partido Popular (PP), que ha tenido lugar este fin de semana en la ciudad de Sevilla.
El jefe del ejecutivo español, que este sábado fue reelegido como presidente de su partido, garantizó que el gobierno hará lo que sea preciso con justicia, pero también "sin vacilaciones y sin perder un minuto".
Ahora todos los esfuerzos se están dedicando, dijo, a "lo mas urgente y lo más desagradable: poner barreras a la destrucción", porque para reiniciar el ascenso hay que frenar la caída.
"¡Ojalá nuestra situación económica hubiera tocado fondo! No es así", lamentó.
Rajoy advirtió de que "exige más sacrificios frenar el deterioro que construir" e insistió en que la tarea no será fácil, "y no lo será en bastante tiempo".
El presidente del gobierno se comprometió a trabajar en tres frentes: frenar la caída, iniciar la recuperación y preparar el futuro del país.
Además defendió la reforma laboral aprobada por su ejecutivo frente a las manifestaciones de protesta que este domingo se están desarrollando en toda España y, aunque expresó su respeto por ellas, aseguró que la reforma es "justa, buena y necesaria".