Los trabajadores protestan contra las medidas de austeridad del gobierno.
Además, se mostraron contrarios a la nueva ley que facilita los despidos.
Grecia está paralizada por la octava huelga general en lo que va de año contra las medidas de austeridad del gobierno para reducir el déficit y la deuda, y por las manifestaciones contra una nueva ley que facilita los despidos.
Los
principales sindicatos de trabajadores y de funcionarios de todos los sectores de la producción llamaron a un paro de 24 horas.
Como consecuencia se cancelaron cientos de vuelos en los aeropuertos griegos, que están cerrados debido a la participación en la protesta de los controladores aéreos y de los funcionarios de la Aviación Civil.
La Unión de Funcionarios Fiscales (Adedy) convocó a sus afilados a una manifestación ante el Parlamento y en las principales ciudades en protesta contra la reducción paulatina del sector y los recortes en sueldos y pensiones de hasta el 25 por ciento que han sufrido en los últimos 10 meses.
La nueva y polémica reglamentación da prioridad a los acuerdos entre empresas y empleados frente a los convenios colectivos, y abre la posibilidad de rebajar los sueldos al salario mínimo, de 740 euros al mes.
Los socios en la zona del euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigen a Grecia la implantación de severas reformas estructurales como condición para la ayuda otorgada hace nueve meses y consistente en un préstamo trianual de 110.000 millones de euros.
