El ministro de Interior polaco, Mariusz Kaminski, confirmó este viernes que la explosión que hirió al jefe de la Policía polaca en Varsovia esta semana se debió al disparo de un lanzagranadas que efectuó el propio funcionario.
El jueves, un comunicado del Ministerio del Interior informó de que "a las 19:50 horas del miércoles" había explotado "uno de los obsequios que recibió el comandante en jefe, Jaroslaw Szymczyk, durante su visita de trabajo a Ucrania del 11 al 12 de diciembre, donde se reunió con los líderes de la Policía de Ucrania y del Servicio de Situaciones de Emergencia".
Este viernes se ha confirmado que, en realidad, fue el propio Szymczyk quien disparó un lanzagranadas dentro de las instalaciones de la comandancia de Policía, lo que causó el derrumbe de un techo y heridas leves a tres personas, incluyéndolo.
El comandante polaco fue dado de alta esta mañana y según los informes médicos padecerá pérdidas auditivas durante un tiempo, pero no sufrió daños graves.
Según aclaró el ministro de Interior en una entrevista televisiva, el jefe de la Policía será interrogado "en calidad de víctima y de testigo", pero subrayó que aún se trabaja con las autoridades ucranianas, a quienes "se ha solicitado las explicaciones pertinentes".
La información facilitada por el ministerio polaco confirma que el lanzagranadas formaba parte de los obsequios que el policía se trajo de Ucrania y que, según el ministro "no resultó ser lo que decían los anfitriones".
Al conocerse los hechos, el colíder de Izquierda Unida y presidente adjunto del Parlamento, Włodzimierz Czarzasty, comentó que el incidente "provoca las burlas de todo el mundo" y que además de constituir "contrabando de armas" puso de manifiesto que "sería de desear que el jefe de la Policía supiese manejar armas".
Por su parte, Katarzyna Lubnauer, diputada del partido Plataforma Cívica, pidió su destitución por su "absoluta incompetencia" y "no saber distinguir un lanzagranadas de otro objeto".
Finalmente, la líder de la formación Acuerdo, Magdalena Sroka, publicó en sus redes sociales un mensaje en el que decía que "pensaba que estábamos enviando armas a Ucrania y no trayéndolas de allí".
De acuerdo con la ley polaca, un acto negligente que pone en riesgo la vida de otras personas se castiga con hasta cinco años de prisión.