Le emergencia obligó a desplegar el mayor dispositivo de combate de estas emergencias jamás visto en el país: todavía no se puede "bajar los brazos", advierten las autoridades.
"Muchos de estos siniestros tienen origen criminal", acusa el Gobierno luso.
La emergencia ha dejado cinco personas fallecidos, cuatro de las cuales eran bomberos.
La ola de incendios que asolan el norte y centro de Portugal arrasó 94.146 hectáreas entre el sábado y el miércoles y obligó a desplegar el mayor dispositivo de combate visto en el país hasta la fecha.
Los datos fueron avanzados este jueves por la ministra de Administración Interna lusa, Margarida Blasco, en rueda de prensa en la sede de la Autoridad Nacional de Emergencias y Protección Civil (ANEPC) en Carnaxide, a las afueras de Lisboa, donde avisó de que todavía no se puede "bajar los brazos".
Los más de mil fuegos declarados desde el fin de semana obligaron a desplegar el mayor dispositivo de combate de incendios que se haya movilizado nunca en Portugal, según Blasco, con 37.700 efectivos, más de 10.000 medios terrestres y 8.757 descargas aéreas.
La ministra desveló además que el próximo lunes habrá una reunión del primer ministro, Luís Montenegro, con la Fiscalía y los máximos responsables de las diferentes fuerzas de seguridad del país porque "muchos de estos incendios tienen origen criminal".
Era la primera vez que Blasco hablaba desde que empezó la ola de incendios, actitud que suscitó críticas en el país, pero la ministra justificó su silencio en que las autoridades aconsejan que "no haya intervenciones inadecuadas e innecesarias" durante el combate.
Durante su comparecencia, explicó que su Ministerio fue informado por primera vez hace una semana de que se agravaría el riesgo de incendio en Portugal y defendió la actuación del Ejecutivo.
"El Gobierno acompaña de cerca y desde primera hora la evolución de las condiciones meteorológicas y el riesgo de incendios, y ha ido adecuando las medidas de prevención y vigilancia y ha potenciado los medios de combate y la inmediata respuesta económica, social y humana a la catástrofe", aseveró.
La ola de incendios que comenzó este pasado fin de semana y que se ha expandido principalmente en las zonas Centro y Norte del país, ha dejado hasta ahora 166 víctimas, entre ellas cinco muertos -cuatro eran bomberos- y 12 heridos graves.
El Gobierno portugués decretó un día de luto nacional para este viernes en homenaje a las víctimas.
