Las fuerzas de seguridad portuguesas mataron este domingo a un hombre que permaneció atrincherado durante siete horas en el interior de un restaurante donde asesinó de un disparo a uno de los agentes que participaban en la operación.
El suceso tuvo lugar en el pequeño municipio de Pinhal Novo, a 40 kilómetros al sur de Lisboa, y terminó con dos fallecidos y seis heridos, cuatro de ellos también agentes.
Según informó hoy domingo la Guardia Nacional Republicana (GNR, policía militarizada), los hechos comenzaron a última hora de la noche de ayer, cuando el hombre entró en un bar de la localidad.
Su comportamiento nervioso despertó inquietud entre los clientes, que llamaron a Emergencias para alertar a las autoridades.
De acuerdo con estas mismas fuentes, el individuo, que iba armado, pidió dinero a los presentes y tomó algunos rehenes.
Mientras tanto, una pareja de agentes de la GNR se desplazó hasta el local para comprobar qué estaba ocurriendo, pero al entrar, el hombre abrió fuego, hiriendo mortalmente a uno de ellos.
Cuando los clientes abandonaban el bar aprovechando la confusión, el individuo lanzó varios artefactos explosivos al exterior, causando seis heridos.
Alrededor del restaurante se montó un amplio dispositivo policial, que se mantuvo durante las siete horas que duró la negociación con el autor de los disparos.
En declaraciones a medios lusos, el teniente coronel Jorge Goulao aseguró que la decisión de entrar por la fuerza en el bar se tomó después de que las conversaciones "no avanzaran" debido a que el hombre atrincherado no se mostraba dispuesto a rendirse y "rehusaba negociar".
"De hecho, llegó a decir que quería morir allí hoy", señaló Goulao, quien precisó, además, que el individuo era de nacionalidad extranjera, sin proporcionar más detalles sobre su identidad.