En medio de una dura tercera ola de contagios, el Gobierno de Portugal ha decidido suspender las clases durante 15 días pero sin recurrir a la enseñanza online, una estrategia aceptada por buena parte de la comunidad educativa por considerar que la educación virtual acentúa las desigualdades.
Cerrar las escuelas era una línea roja que el Gobierno socialista portugués ha tenido que cruzar ante el avance de la pandemia, pero esta vez ha decidido evitar en lo posible la enseñanza online que, durante el confinamiento de la primera ola, puso en evidencia las fragilidades del sistema educativo luso.
ONLINE, SÓLO PARA EMERGENCIAS
"Es una enseñanza de emergencia y que sólo debemos poner en práctica después de agotar todas las otras soluciones, porque se vio que perjudica mucho, sobre todo a los alumnos más necesitados", señala en declaraciones a EFE el presidente de la Asociación Nacional de Directores de Escuelas Públicas (Andaep), Filinto Lima.
Una idea con la que coincide el presidente de la Confederación Nacional de las Asociaciones de Padres (Confap), Jorge Ascenção, quien considera que "la enseñanza a distancia sólo funciona para las familias que tienen más recursos y pueden ayudar a sus hijos".
El ministro de Educación, Tiago Brandão, defendió que en este momento es posible interrumpir las clases y pensar en recuperarlas más adelante porque acaba de empezar el segundo trimestre y todavía hay tiempo, a diferencia de lo que ocurrió la primavera pasada.
Pero los espacios para recuperar clases son limitados, y si la situación sanitaria mantiene su gravedad, será inevitable volver a la enseñanza a distancia.
¿MÁS PREPARADOS?
Tras de la experiencia de 2020, cuando los colegios tuvieron que pasar a la enseñanza a distancia, el Ministerio de Educación anunció la preparación de un plan de aulas online.
El presidente de la asociación de directores del país aseguró que se ha aumentado el número de computadores y tanto profesores como los alumnos están mejor preparados para afrontar una enseñanza virtual.
Pero no todos los recursos prometidos han llegado, denuncian los profesores de La Federación Nacional de Profesores (Fenprof): "Faltan muchos ordenadores. La situación, aunque no es tan grave como el año pasado, sigue siendo grave porque no se ha hecho mucho para resolver los problemas", aseguraron.
QUEJAS DE LOS PRIVADOS
El líder de la oposición conservadora, Rui Rio (PSD, centro-derecha), manifestó a través de Twitter que no permitir a los centros privados realizar clases digitales es "una medida totalitaria de perfil marxista, que no tiene nada que ver con la defensa del interés público ni mucho menos de la salud pública".
Pero desde el resto de la comunidad educativa defienden que las reglas deben ser igual para todos.
Los profesores de Fenprof coinciden en que es "natural" que la medida sea común para todo el sistema educativo: "Los colegios privados pueden y deben existir, pero tienen que quedar sujetos a las reglas del país".