El general turco Ilker Basbug, ex jefe del Estado mayor, fue condenado este lunes a cadena perpetúa por encabezar la trama golpista Ergenekon, definida como "terrorista" por una tribunal que ha dictado también duras sentencias contra decenas de acusados en un juicio que ha polarizado Turquía.
Basbug fue condenado por "conspirar para derrocar al Gobierno" en un juicio que ha durado cinco años y en el que se dictan las sentencias para 275 acusados, 66 de ellos en prisión preventiva.
"La nación dirá la última palabra sobre estos acusados, y la nación ni puede equivocarse ni engañarse", manifestó Bas bug en su cuenta de la red Twitter tras conocer la sentencia.
"Los que siempre han estado del lado de los derechos y la justicia tienen la conciencia tranquila; yo estoy así", añadió, al tiempo que aseguró que el Estado de Derecho no se puede garantizar en un país en el que sociedad cuestiona la independencia de los jueces.
Durante la primera sesión de lectura de las sentencias, el tribunal absolvió a 21 encausados y condenó a cadena perpetua a 19, entre ellos el propio Basbug, así como seis generales retirados, cuatro excoroneles y varios políticos, periodistas y abogados.
Otras 62 personas recibieron sentencias de entre 2 y 49 años de cárcel por participar en la red golpista que pretendía derribar el Gobierno islamista moderado.
Entre los condenados hay otros cuatro generales, nueve militares de menor graduación, siete periodistas y escritores, cuatro antiguos rectores universitarios y una decena de políticos, entre ellos tres diputados del laico Partido Republicano del Pueblo (CHP), el mayor de la oposición.
El tribunal ordenó la detención de 11 personas que fueron juzgadas en libertad condicional, mientras que otras 17 fueron puestas en libertad tras la condena, por haber ya cumplido parte de ella en prisión preventiva.
Protestas
En las afueras de la prisión de alta seguridad de Silivri, a 70 kilómetros de Estambul, donde se ha dado lectura al veredicto, la gendarmería ha utilizado gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes que han protestado por la decisión de los jueces.
Centenares de agentes de la gendarmería, con el apoyo de numerosos soldados, se han desplegado junto a tanquetas de agua a presión en los alrededores de la prisión para hacer frente a las protestas.
En el "macrojuicio", que empezó en octubre de 2008, la fiscalía había pedido 64 cadenas perpetuas por los planes golpistas para derrocar el Gobierno islamista moderado liderado por Recep Tayyip Erdogan.
Los fiscales acusan a la supuesta trama de planear asesinatos y atentados para causar disturbios y allanar así el camino a un golpe militar que desalojara al Ejecutivo del poder.
La oposición laica y algunos grupos de activistas proderechos consideran que el juicio está politizado y que se utiliza a la Justicia para purgar de las Fuerzas Armadas a quienes discrepan del rumbo del Gobierno islamista moderado.
Las detenciones de gran número de generales retirados y altos oficiales en activo eran impensables hasta hace pocos años en Turquía, donde el Ejército había disfrutado de un estatus intocable como uno de los bastiones del laicismo en el país.