El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, sostuvieron este jueves una conversación telefónica en la que quedaron patentes las diferencias entre ambas partes en medio de la escalada de tensiones en Ucrania, en cuya frontera el Ejército ruso ha estado concentrando fuerzas recientemente.
"El presidente Biden urgió a Rusia a reducir las tensiones en Ucrania. Dejó claro que EE.UU. y sus aliados responderán decisivamente si Rusia invade más Ucrania", señaló el comunicado firmado por la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Biden respaldó a su vez los esfuerzos diplomáticos, "comenzando a principios del próximo año con el Diálogo de Estabilidad Estratégica Bilateral, en la OTAN a través del Consejo OTAN-Rusia, y en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa", sostuvo la portavoz.
"El presidente Biden reiteró que los avances sustanciales en estos diálogos solo pueden ocurrir en un entorno de desescalada y no de escalada", agregó.
La llamada tuvo una duración de 50 minutos, informó la Casa Blanca.
El líder estadounidense permaneció en su casa en Wilmington (Delaware), a donde se trasladó para la celebración del Año Nuevo.
Poco después, en una llamada con periodistas para explicar la conversación, un alto cargo estadounidense señaló que fue "seria y sustancial" al subrayar que no se trató de un intercambio "de cumplidos".
Asimismo, remarcó que tanto Biden como Putin reconocieron que "hay áreas donde se pueden hacer progresos significativos" y que también existen otros ámbitos donde los acuerdos "pueden ser imposibles".
DURA RESPUESTA DE MOSCÚ
La versión de la llamada ofrecida por el Kremlin mostró las crudas diferencias de enfoques. Según las informaciones procedentes de Moscú, Putin advirtió a Biden de que una nueva ronda de sanciones contra Rusia por las tensiones con Ucrania podría llevar a la "total" ruptura de relaciones.
"Todo esto puede llevar a la total ruptura de relaciones entre nuestros países. Asestaría un grave daño a las relaciones entre Rusia y Occidente", aseguró a la prensa Yuri Ushakov, asesor del Kremlin.
Así reaccionó "con inmediatez" Putin cuando Biden le recordó, según el Kremlin, que en caso de que continúe la escalada en la frontera con Ucrania los países occidentales "adoptarán sanciones a gran escala por vía económica, financiera y militar".
"Errores como ese se han cometido no pocos en los últimos 30 años. Por eso, sería deseable no cometer tales errores dada la situación", señaló, para añadir que lo pagarían futuras generaciones de rusos y estadounidenses.
Además, Putin, que ya mantuvo el pasado 7 de diciembre una cumbre telemática con Biden, insistió en varias ocasiones que Moscú se comportará como Washington se comportaría si alguien desplegara "armamento ofensivo cerca de las fronteras estadounidenses".
El jefe del Kremlin se refería a la línea roja del ingreso de Ucrania en la OTAN, que, según Putin, vendría acompañado del emplazamiento a 500 kilómetros de Moscú de armamento ofensivo que amenazaría la seguridad de su país.
Con todo, Ushakov destacó que la parte rusa está satisfecha con la conversación telefónica, ya que fue "constructiva" y "concreta", y durante 50 minutos se trató casi exclusivamente el asunto de las garantías de seguridad que Moscú le ha pedido por escrito a EE.UU. y la OTAN para rebajar la actual tensión.
Putin y Biden acordaron que las negociaciones sobre las garantías de seguridad tendrán lugar de manera bilateral en Ginebra, el 10 de enero; en Bruselas en el marco de la reunión entre Rusia y la OTAN, el 12 de enero; y en Viena en la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (Osce), el día 13.
En las últimas semanas se ha producido una escalada de las tensiones ante un eventual ataque ruso contra Ucrania, que según fuentes ucranianas y estadounidenses podría producirse a principios de 2022.
Rusia ha negado estar preparándose para una ofensiva y ha manifestado que Occidente presta excesiva atención al desplazamiento de tropas dentro de las fronteras rusas.