El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, anunció este miércoles el fin del estado de excepción declarado hace 30 días tras el incidente naval con Rusia en el mar Negro, aunque advirtió de que la amenaza de una invasión militar del país vecino aún está presente.
"Quiero subrayar que la amenaza rusa no ha desaparecido", aseguró Poroshenko durante una reunión del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania.
Poroshenko, que justificó en su momento la imposición de dicha medida con una posible "guerra a gran escala con Rusia", decidió no tensar la cuerda y no prolongó el estado de excepción, que contaba con numerosos detractores, no sólo en el Kremlin, sino también en Ucrania, tanto entre la clase política como en el este prorruso.
Y es que, en un primer momento, Poroshenko propuso aplicar esa medida durante 60 días, pero la Rada Suprema (Parlamento) amenazó con negarse a aprobar el estado de excepción si no lo rebajaba a la mitad para no poner en peligro las elecciones presidenciales.
"Seré sincero: si no llega a ser por las elecciones, hubiéramos pedido a la Rada Suprema continuar con el estado de excepción", comentó hoy.
De hecho, seguidamente garantizó que el 31 de marzo próximo se celebrarán los comicios presidenciales, en los que él mismo buscará la reelección, aunque en estos momentos la ex primera ministra Yulia Timoshenko le aventaja en los sondeos.
Tanto sus detractores como el propio presidente ruso, Vladímir Putin, le echaron en cara en su momento a Poroshenko que declarara el estado de excepción para supuestamente recuperar terreno de cara a las elecciones, en las que figuraba en quinto lugar en intención de voto antes del incidente con Rusia.
El estado de excepción se aplicó en 10 regiones costeras, limítrofes con Rusia -incluidas las prorrusas Donetsk y Lugansk, escenario de un conflicto armado desde 2014- y con Moldavia, pero incluyó medidas a nivel nacional como las restricciones a la entrada en el país de varones rusos en edad militar.
Mientras Rusia acusa a los buques ucranianos de violar sus aguas territoriales y de dirigirse al puente de Crimea con intenciones sospechosas, Ucrania asegura que sus barcos fueron apresados cuando ya habían abandonado la zona del estrecho de Kerch, que une los mares Negro y Azov, y navegaban ya con destino a su puerto de origen, Odesa.
Debido a ese incidente naval, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, canceló el previsto encuentro con Putin el pasado 1 de diciembre en el marco de la cumbre del G20 en Buenos Aires.