Esta posibilidad había causado malestar en Washington después de que trascendiesen imágenes de voluntarios rusos manejando vehículos militares estadounidenses.
Los paramilitares realizaron el lunes una incursión en la provincia rusa de Bélgorod desde territorio ucraniano.
Un representante de los servicios de inteligencia ucranianos afirmó este sábado que Kiev no ha entregado ni una sola pieza de armamento estadounidense a los grupos paramilitares rusos, que realizaron el lunes pasado una incursión en la provincia rusa de Bélgorod desde territorio ucraniano.
"Ninguna unidad de armamento proporcionada por los aliados americanos ha sido trasferida al Cuerpo Ruso de Voluntarios", declaró Andriy Chernyak a la emisora "Radio Libertad".
Esta posibilidad había causado malestar en Washington después de que trascendiesen imágenes de voluntarios rusos manejando aparentemente vehículos militares de fabricación estadounidense de los tipos Humvee y MaxxPro.
"Por supuesto que no queremos que ningún material fabricado en Estados Unidos sea utilizado para atacar suelo ruso", afirmó ayer el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
Chernyak aseguró este sábado que existen "mecanismos de control muy precisos" para las armas transferidas por los aliados, que son para uso exclusivo de las fuerzas regulares del Ejército ucraniano, según dijo, e indicó que los países que han donado el armamento realizan inspecciones para asegurarse de que se cumplen estas condiciones.
No obstante, el oficial de los servicios de inteligencia militares (GUR) no desmintió que los vehículos empleados por las dos milicias antigubernamentales rusas fuera de procedencia estadounidense.
Chernyak dijo que estos fueron arrancados por el Cuerpo de Voluntarios Rusos y la Legión Libertad para Rusia de manos de las fuerzas regulares rusas, que a su vez "lo habían capturado cerca de Bajmut o en otros lugares como resultado de operaciones de combate".
Las dos milicias anunciaron el miércoles que habían logrado penetrar 42 kilómetros en territorio ruso y que sus operaciones -que supuestamente son por completo independientes de Kiev, aunque cuentan con su visto bueno- todavía continúan.
