Los manifestantes ucranianos que asediaron el edificio de la Casa Ucraniana del centro de Kiev, donde se refugiaban policías, abrieron un corredor humano para permitir la salida de los agentes, tras varias horas de tensión.
200 policías abandonaron el lugar, llevando consigo sus escudos y sus cascos, a través del corredor formado por los manifestantes.
La última jornada de protestas estuvo marcada por la presencia del carismático líder del partido UDAR, el boxeador Vitali Klitschkó, quien explicó a los manifestantes que los policías refugiados eran jóvenes reclutas obligados a obedecer órdenes y no miembros de los temidos "Berkut" (destacamentos especiales anti disturbios), por lo que debían permitirles salir.
Después de la intervención de Klitschkó, los agentes fueron saliendo durante unas cuatro horas.
Los opositores habían roto los ventanales del edificio y lanzado cócteles molotov y petardos hacia su interior, lo que provocó varios incendios, que fueron sofocados con extintores por los efectivos anti disturbios.