Ucrania: En qué se diferencia la crisis de Donetsk de la de Crimea

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Autor: Cooperativa.cl

BBC Mundo analiza el nuevo conflicto que sacude al país europeo.

Ucrania: En qué se diferencia la crisis de Donetsk de la de Crimea
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Las autoridades ucranianas dijeron que esperaban retomar los edificios oficiales de Luhansk y Donetsk en breve.

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Como en los días previos al referendo y posterior anexión de Crimea por parte de Rusia, el este de Ucrania vive momentos de tensión, especialmente focalizada en las ciudades de Donetsk, Luhanks y Járkov.

En respuesta al aparente deterioro de las condiciones en el terreno, este miércoles se conoció que altos funcionarios de Rusia, la Unión Europea, Estados Unidos y Ucrania se reunirán la semana entrante para discutir el empeoramiento de la situación. Es la primera reunión entre las cuatro partes desde que estalló la crisis.

Una de las preocupaciones más apremiantes de la comunidad internacional es la posibilidad de que se repita en otras partes de Ucrania la situación que llevó a la anexión rusa de Crimea.

Así como sucedió en la península, se han registrado manifestaciones prorrusas en las localidades ucranianas de Donetsk, Luhanks y Járkov, incluyendo la toma de edificios gubernamentales y, en el caso de Donetsk, una declaración sui generis de independencia y el llamado, por parte de un grupo favorable a Moscú, a un referendo para el 11 de mayo para separarse de Ucrania.

Algunos pedían la intervención del presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Pero hay también una importante serie de diferencias.

No hay una presencia militar rusa en esta región como había en Crimea, donde Rusia podía -en base a acuerdos internacionales- tener hasta 25.000 hombres destacados en sus bases en la península, y donde los famosos "hombres de verde" (soldados visiblemente rusos, pero sin insignias) rodearon y ocuparon bases militares ucranianas.

Y las protestas, aunque no son las primeras de su tipo que tienen lugar en esta zona, no son tan grandes: No reunieron a más de 1.000 o 2.000 personas en cada ciudad.

Por otra parte, según la corresponsal diplomática de la BBC, Bridget Kendall, "en esta ocasión no parece que Kiev vaya a dar un paso atrás; aprendió la lección luego de lo que ocurrió en Crimea" (donde el gobierno interino optó por no intervenir y dio órdenes a sus fuerzas armadas de no provocar ni responder a provocaciones).

Operativo "anti-terrorista"

De hecho, las autoridades ucranianas dijeron que habían lanzado un operativo "antiterrorista" durante la noche del lunes en el edificio del gobierno regional de Járkov.

Kiev dijo que sus fuerzas arrestaron a unos 70 separatistas prorrusos que habían tomado el lugar.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Danylo Lubkivsky le dijo este martes al programa de radio Today de la BBC que la situación en el oriente de Ucrania estaba "bajo control, pero sigue siendo peligrosa".

Las autoridades ucranianas dijeron que esperaban retomar los edificios oficiales de Luhansk y Donetsk en breve.

"Costos"

El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, le había dicho al canciller ruso, Sergei Lavrov, en una conversación telefónica que mantuvieron el lunes, que los esfuerzos desestabilizadores de Moscú "tendrían costos".

Pero el Kremlin niega estar detrás de las acciones de los movimientos separatistas en esa región de Ucrania.

El embajador de Rusia en Reino Unido, Alexander Vladimirovich, le dijo a Kendall que Moscú no quiere involucrarse en este asunto, y que Kiev y sus aliados en Occidente deben resolverlo por su cuenta.

Sin embargo, Kendall aclaró que desde el Kremlin sí parece salir un mensaje que señala que si Kiev "hubiera escuchado el consejo de Rusia y hecho las reformas para darle más independencia a estas regiones, este problema no existiría".

Este es un punto clave, ya que Moscú promueve que se reforme la consitución ucraniana, dando mayor autonomía a las regiones de habla rusa y estableciendo un esquema federal.
Durante semanas Moscú ha hecho de esto su principal demanda diplomática. La quiere acordar pronto: antes del 25 de mayo, día en que se celebrarán las elecciones presidenciales de Ucrania.

Pero el gobierno interino de Kiev sospecha que eso no es realmente activismo de base sino una campaña orquestada desde Rusia.

El editor diplomático del programa de televisión Newsnight de la BBC, Mark Urban, explicó que el objetivo de Rusia "es crear una nueva estructura de poder en Ucrania, en la que las provincias del este obtengan poderes federales, lo que les permitiría frenar cualquier mayor acercamiento a la Unión Europea de Ucrania como un todo".

"La razón por la que todo esto se volverá tan peligroso es que muchos creen que el tipo de referendo propuesto por los activistas en el este no puede ocurrir a menos que haya tropas rusas en el lugar", agregó.

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El Kremlin niega estar detrás de las acciones de los movimientos separatistas en esa región de Ucrania. (Foto: EFE)

Tensiones diplomáticas

En ese sentido, Gary Samore, especialista en asuntos internacionales de la Universidad de Harvard en EE.UU. le dijo a Newsnight que si Putin "no es capaz de conseguir los cambios en la constitución ucraniana que busca para proteger intereses rusos, temo que esté preparado para usar la fuerza militar para por lo menos tomar u ocupar del este de Ucrania".

Atento a esa posibilidad, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Anders Fogh Rasmussen, advirtió el martes a Rusia que cualquier nueva intervención en Ucrania sería "un error histórico".

En conversación con la BBC Rasmussen agregó que ello tendría "profundas consecuencias en nuestra relación con Rusia y aislaría más a Rusia internacionalmente".

Difícil que ese comentario tenga buen eco en la Cancillería rusa. Especialmente luego de leer las palabras del ministro ruso de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov en un artículo publicado este lunes en el diario británico The Guardian: "El mundo actual no es una escuela primaria en la que los maestros reparten castigos a voluntad".

Último recurso

Lo cierto es que aunque Moscú le ha asegurado en numerosas ocasiones a Occidente que no tiene intenciones de enviar tropas al otro lado de la frontera, Putin se reservó el derecho de intervenir como último recurso.

"Algunos analistas creen que esto es posible porque gran parte de la población local (de las zonas del este del país) querrían formar parte de la Federación Rusa y por los soldados que Moscú tiene de su lado de la frontera", le dijo a BBC Mundo Famil Ismailov, de BBC Rusia.

"Y que su incapacidad para responder a las quejas de los ciudadanos de Ucrania oriental puso más leña al fuego", agregó.

Alex Pravda, del departamento de Estudios Rusos y del Este de Europa de la Universidad de Oxford, le dijo a Newsnight en ese sentido que el de Donetsk, Járkov y Luhanks "no es sólo un movimiento prorruso y antiKiev, es también económico.

"En Crimea los jubilados estaban felices porque sus pensiones se duplicarían cuando se convirtieron en parte de Rusia".

La gente en la zona industrial del este, agregó, "quiere un mejor estándar de vida, sienten que han sido descuidados por Kiev".

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