El cardenal polaco Konrad Krajewski, limosnero pontificio encargado en el Vaticano de auxiliar a los pobres, se vio envuelto en un tiroteo cuando se encontraba repartiendo alimentos y bienes de primera necesidad en la localidad de Zaporiyia, en Ucrania, donde se encuentra desde hace varios días en una nueva misión encargada por el papa Francisco.
El cardenal enviado por cuarta vez a Ucrania se encontraba entregando paquetes con alimentos en Zaporiyia, cuando empezaron a disparar contra el grupo en el que estaba y tuvieron que ponerse a salvo. "Por primera vez en mi vida no sabía a dónde huir porque no basta con correr, hay que saber hacia dónde", dijo el cardenal polaco al medio oficial Vaticano.
El Vaticano, que no informó quienes fueron los autores del ataque, aseguró que el grupo está bien y que la entrega de ayuda continuó hasta el final, incluídos los rosarios bendecidos por el papa, los que "quien los recibía inmediatamente se los colgaba al cuello", de acuerdo al encargado de las obras humanitarias del papa.
Para el cardenal era una fecha especial pues se cumplían 9 años de su nombramiento como limosnero y como obispo, pero afirmó que lo que se está viviendo en Ucrania "no tiene piedad" y "ya no hay lágrimas ni palabras" .
El cardenal ya había estado otras tres veces en Ucrania desde que comenzó la guerra para llevar también dos ambulancias de parte de Francisco y la última fue en abril, para celebrar los ritos de la Semana Santa y rezar en ciudad de Bucha, donde tras la retirada del Ejercito ruso aparecieron cientos de cadáveres de personas torturadas y ajusticiadas.