Obama analizará con los líderes de la UE la crisis de la deuda
El presidente de EEUU recibe en la Casa Blanca a los principales líderes europeos.
También se tocarán los cambios políticos en el Medio Oriente y la situación de Irán.
El presidente de EEUU recibe en la Casa Blanca a los principales líderes europeos.
También se tocarán los cambios políticos en el Medio Oriente y la situación de Irán.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibe en la Casa Blanca a los máximos dirigentes de la Unión Europea con los que analizará la crisis de la deuda soberana en Europa, los cambios políticos en los países árabes y las crecientes tensiones con Irán a propósito de su programa nuclear.
Del lado europeo asisten a esta cumbre el presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy; el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durão Barroso, y la Alta representante para la política exterior, la británica Catherine Ashton.
Es el primer encuentro que se celebra en Washington desde que entró en vigor el tratado de Lisboa hace dos años, que estableció un nuevo formato para la representación exterior de la UE, y se produce en medio de un pulso desesperado de los gobiernos europeos por devolver la calma y la confianza a los mercados.
De momento, ninguna de las decisiones tomadas por los líderes y las instituciones de la zona euro ha logrado impedir el contagio de la crisis, que empezó en Grecia pero que ya se ha cebado en economías mayores como Italia o España, mientras la Eurozona sufre las consecuencias de la huida de los inversores.
Dentro de 10 días, los 27 líderes de la UE celebrarán en Bruselas un Consejo Europeo en el que podrían dar forma a un nuevo pacto fiscal, que están preparando con la máxima reserva la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y que endurecerá la disciplina presupuestaria dentro de la zona euro, lo que podría abrir la vía a una intervención más contundente del Banco Central Europeo en apoyo de la deuda de los países más acosados.
En las últimas semanas, el gobierno estadounidense ha dado muestras de impaciencia por lo que considera una reacción demasiado lenta y débil de los dirigentes europeos ante una crisis que amenaza no sólo el bienestar de Europa y su proyecto de unidad, sino también la estabilidad financiera internacional y el crecimiento económico mundial.