El analista internacional Florent Sardou aseguró en Lo Que Queda del Día de Cooperativa que no es aberrante comparar que las protestas de los "chalecos amarillos" con el histórico Mayo de 1968, aunque aseguró que el reciente movimiento no es organizado y que es basado en la horizontalidad, sin jefes ni portavoces.
El máster en Historia Contemporánea de la Universidad de Toulousse destacó que el gobierno francés anulara los impuestos sobre los carburantes, una de las principales reivindicaciones de las actuales manifestaciones, sosteniendo que "es una buena respuesta, pero que llega tarde".
"Es probable que si hubiera tomado esta decisión el presidente (Emmanuel) Macron al principio del movimiento de los 'chalecos amarillos' hace varias semanas atrás ya no tendríamos este movimiento", aseguró.
El docente de la Universidad de Santiago indicó que esta demora en una solución desde el gobierno francés llevó a que se extendiera "una lista de reivindicaciones que va mucho más allá de lo que hoy congeló el presidente Macron".
Al ser consultado respecto a si las actuales manifestaciones son comparables con Mayo del 68, el movimiento que sacudió a Francia hace 50 años, Sardou explicó que "la comparación con Mayo del 68 no es aberrante".
"No se puede definir este movimiento"
"El movimiento de Mayo del 68 fue un movimiento clásico. Empezó con instituciones o grupos que se manifiestan en una democracia. Es decir, partió con estudiantes y después el movimiento fue dirigido y liderado por los sindicatos que pusieron en marcha una huelga general. Acá (con los 'chalecos amarillos') no es organizado", aseveró.
Recalcó que en este último punto "está la novedad de este movimiento comparando con el del 68. Es un movimiento basado en la horizontalidad, no hay jefe, no quieren que haya jefe, no quieren que haya portavoz. Los poco portavoces que salieron del movimiento fueron amenazados por los otros por autodenominados portavoz".
Incluso, sostuvo que "no se puede definir este movimiento, es una mezcla de todos, es una revuelta de una clase media que dice 'basta', basta por muchas cosas (...) Es un sinfín de cosas y es difícil sacar un discurso coherente, pero, por ahora, no amenaza el sistema democrático francés. No sabemos cómo va a evolucionar",
"El problema para el gobierno es, primero que todo, encontrar gente con quien dialogar y encontrar gente dispuesta a dialogar con una arista de reivindicaciones entendibles y coherentes", sentenció.
