El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, sostuvo que tras el ataque perpetrado a una comisaría cercana a París con fuegos artificiales, el Gobierno buscará prohibir por ley la venta al público de estos objetos, y que sean calificados como un arma.
"Pueden herir y matar, y es necesario que paremos y penalicemos su venta por internet, que no está destinada a los profesionales", indicó la autoridad en la localidad de Champigny-sur-Marne, donde se registró el ataque y hasta donde fue para transmitir el apoyo del Ejecutivo.
Darmanin expresó que buscará el veto a esos objetos y que pueda incluirse en una enmienda en una proposición de ley sobre seguridad que empezará a debatirse a mediados de noviembre, en la Asamblea Nacional.
"No se ha atacado cualquier símbolo. Se ha atacado una comisaría de policía. Ha sido atacada porque hay una guerra de territorios en la República, porque imponemos en todas partes la presencia de la policía, que debe luchar principalmente contra el tráfico de estupefacientes", añadió Darmanin.
En tanto, el ministro recibirá a sindicatos policiales este martes y el presidente francés, Emmanuel Macron, hará lo mismo el jueves para escuchar sus reivindicaciones y analizar qué medidas pueden implantarse para aumentar su protección.
La comisaría de Champigny-sur-Marne, localidad de unos 10 mil habitantes, fue atacada la noche del sábado por cerca de 40 personas con fuegos artificiales y barras de hierro, resultando con daños cinco vehículos policiales y ventanas, sin registrarse víctimas.
Ese edificio ya había sido objeto de ataques en el pasado: en abril de este año se lanzaron morteros contra él y en 2018 unas treinta personas también le tiraron diversos proyectiles, como cócteles Molotov o fuegos artificiales.
El motivo del ataque no está claro. Según dijo al diario Le Parisien su alcalde, Laurent Jeanne, puede haber sido provocado por un reciente accidente de moto del que se culpa a la Policía, aunque su responsabilidad no ha sido demostrada.