La policía detuvo a más de 200 personas en la jornada de disturbios parisinos, que además se extendió a Toulouse, Soissons o en Rennes.
Casi 900 vehículos fueron incendiados en los disturbios que se produjeron la noche del viernes, la novena consecutiva de violencia en la periferia de París y que desde el miércoles se ha extendido también a otras regiones de Francia, como Toulouse (sur),
Soissons (norte) o en Rennes.
El fiscal general de París, Yves Bot, señaló en una entrevista a la emisora de radio Europe 1 que las autoridades habían contabilizado 897 vehículos calcinados, y que la Policía había detenido a 253 personas como responsables de incidentes durante la noche.
Bot afirmó que se trata de "violencia organizada", aunque reconoció que si fuera capaz de determinar quién hay detrás, "ya estarían entre rejas".
En cualquier caso, argumentó que se ha visto "una forma de actuar que es organizada. Responde a una estrategia (...) que incluye una verdadera táctica móvil", ya que los jóvenes llegan encapuchados con motos, "lanzan una botella incendiada contra un vehículo y luego se van. Es extremadamente difícil detenerlos".
El representante del Ministerio Público aseguró que "hay bandas organizadas" y hay "coordinación entre ellas" como lo muestra que en algunos sitios de internet hay incitaciones para que otras ciudades se sumen a los altercados de la periferia de París".
"Es un movimiento que está dirigido esencialmente contra las instituciones de la República, pero no es un movimiento que tome un giro comunitario. Objetivamente es lo único que se puede decir", señaló Bot.
Las palabras del fiscal vienen a apoyar las tesis sugeridas por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que había indicado que los incidentes no habían sido espontáneos.
Sarkozy esta pasada noche se desplazó a la dirección departamental de la seguridad pública de Yvelines, en Viroflay, y pidió a los policías "detenciones" e "información".
Los grupos violentistas no se limitaron a destrozar automóviles, sino que también atacaron una escuela maternal en Acheres, al oeste de la capital, y un colegio en Torcy, al este de París, que resultó parcialmente destruido.
De nuevo varios almacenes industriales quedaron en llamas en el departamento de Seine-Saint-Denis (el más afectado por los disturbios), en particular dos textiles en Aubervilliers y Pierrefitte.
En esta última localidad, un centenar de personas tuvieron que ser evacuadas de un edificio en el que se había declarado un incendio en el garaje subterráneo, según todos los indicios provocado.
Además de quemar vehículos estacionados en la calle, grupos violentos quemaron también un concesionario de la marca Opel en Corbeil Essonnes, en la periferia sur de París, una escuela, un almacén y autobuses. (EFE)
