El presidente francés y candidato a la reelección, Emmanuel Macron, recibió el apoyo directo de la patronal y del principal sindicato de cara a la segunda vuelta del próximo 24 de abril, en la que, igual que en 2017, se enfrentará a la ultraderechista Marine Le Pen.
La organización patronal Medef considera que su programa "es el más favorable para asegurar el crecimiento de la economía y del empleo" en Francia, y aunque no obvia que tiene "lagunas", lo ve como el más capaz para preparar Francia para los desafíos del futuro.
La hoja de ruta de Le Pen, en su opinión, conduciría al país a quedarse atrás respecto a sus vecinos, lo colocaría al margen de la Unión Europea y degradaría la confianza de los actores económicos, reduciendo así las inversiones y la creación de puestos de trabajo.
Entre los sindicatos, el principal, el moderado Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), dejó claro en la noche electoral que no se trata tanto de elegir un programa como de defender la democracia.
"El fracaso de Marine Le Pen solo será posible con la movilización de todos los partidarios de nuestro pacto republicano", apuntó en un comunicado, que pidió el voto explícito para el actual presidente.
Su llamamiento, según subrayó, no equivale ni a una aprobación del balance de Macron desde su llegada al poder en 2017 ni a un respaldo a su programa, pero apunta que para poder seguir defendiendo los intereses de los trabajadores primero hay que vencer a la extrema derecha.
La CGT, la segunda central de Francia y de orientación izquierdista, advirtió este martes tras la reunión de su consejo ejecutivo de que la extrema derecha está a las puertas del Elíseo.
"La situación es grave. ¡Ni un voto del mundo del trabajo para la extrema derecha! El progreso social como único objetivo", afirmó su comunicado, donde, al igual que en 2017, respaldó de forma indirecta a Macron.