Los trabajos de limpieza de plomo en los alrededores de la catedral de Notre Dame de París empezaron este martes y, según el Ministerio francés de Cultura, se extenderán aún durante tres semanas.
La limpieza pretende a acabar con la contaminación de la zona, que obligó a suspender las obras de la catedral el pasado 25 de julio, tras la presentación de un informe de la inspección de trabajo que reclamaba mayores medidas de seguridad para los obreros ante los niveles de contaminación.
La intervención se centrará en la plaza de Notre Dame, rue de la Cité y rue d'Arcole, perpendiculares al edificio, que quedaron cerradas al tráfico y a los peatones desde esta jornada.
El Ministerio de Cultura precisó que se seguirán dos métodos de limpieza, uno mediante la aplicación de tensioactivos o detergentes a alta presión para las superficies y otro mediante el empleo de gel para el mobiliario urbano.
Esto no debería afectar a las obras dentro de la catedral, cuya reanudación sigue programada para el 19 de agosto, una vez que se garantice que el dispositivo responde íntegramente a las prescripciones que hizo en julio el prefecto de la región parisina, Michel Cadot.
La Delegación del Gobierno de Île-de-France indicó que la fecha sigue siendo la misma aunque sujeta a cambios según las circunstancias.
Tras el incendio de la catedral el pasado 15 de abril, se han realizado frecuentes análisis que han registrado elevados niveles de plomo en los alrededores, procedente principalmente de la combustión de la flecha y la techumbre de Notre Dame.
Esta contaminación requiere una serie de protocolos de seguridad muy estrictos para los operarios que, según la prefectura, no se pusieron adecuadamente en marcha, como duchas de descontaminación, uso de ropa de trabajo o tiempos de descanso.
En paralelo, una empresa especializada en este tipo de intervenciones contratada por el Ayuntamiento de París inició la semana pasada los trabajos de descontaminación de varios colegios de los alrededores, que presentaban niveles de concentración de plomo superiores a los 1.000 microgramos por metro cuadrado.