El gobierno francés dio por finalizado el desmantelamiento del campamento conocido como la "jungla" de Calais, donde malvivían hasta hace unos días más de 6.000 inmigrantes y demandantes de asilo.
La prefectura del departamento de Pas-de-Calais señaló en un comunicado que la empresa a la que el Estado encargó acabar con todas las construcciones levantadas en el lugar acabó hoy sus labores.
Tan solo se han mantenido en pie tres "lugares de culto" para permitirles su uso a los menores alojados en el cercano Centro de Acogida Provisional (CAP).
A partir de ahora, la misma empresa deberá emprender labores de "peinado" y limpieza en el terreno que ocupaba este campamento de fortuna que llegó a albergar a cerca de 10.000 inmigrantes.
El gobierno asegura haber reubicado a más de 5.000 inmigrantes que vivían allí, en su mayoría de Sudán, Afganistán y Eritrea, en más de 400 centros de acogida repartidos por Francia.
No obstante, como la operación de registro y ubicación era voluntaria, no se sabe con exactitud cuántos inmigrantes han decidido quedarse por Calais o sus inmediaciones para seguir intentando cruzar clandestinamente el Canal de la Mancha y llegar al Reino Unido.
Al mismo tiempo, organizaciones humanitarias denuncian que otros campamentos de fortuna en el noreste de París han conocido en los últimos días un incremento de su población, que atribuyen directamente al desalojo de Calais.
Hoy, la policía practicó en la capital una operación de "control administrativo" con el fin de identificar a los inmigrantes, a la que se ha opuesto el Ayuntamiento parisino.