La mascarilla dejó de ser obligatoria en Francia en lugares cerrados a partir de este lunes, en los cuales se pedirá solo el certificado de vacunación, esto en consecuencia a la reducción de casos registrados en las últimas semanas.
De esta forma, esa medida de protección contra el Covid-19 dejó de ser imperativa en salas de cine, teatros y otros espectáculos, en establecimientos deportivos cubiertos, así como en bares y restaurantes, que se suman a los lugares exteriores donde no se exigía desde el pasado 2 de febrero.
Sin embargo, seguirá siendo obligatorio cubrirse boca y nariz en los transportes públicos, en comercios y grandes superficies, iglesias y templos religiosos, hospitales, residencias de la tercera edad y en las empresas. En todos estos lugares no es necesario mostrar el pase de vacunación para acceder a su interior.
El Gobierno indicó que, de forma puntual, las autoridades pueden imponer la mascarilla si las circunstancias lo aconsejan.
Además, el Ejecutivo indicó que los contactos estrechos de caos positivos solo necesitarán presentar un test negativo, en lugar de tres.
La prueba tendrá que efectuarse dos días después del contacto con un positivo y serán válidos los autotest, además de todas las otras variedades.
En los establecimientos educacionales, la mascarilla dejó de ser obligatoria en los gimnasios, salvo para la práctica de deportes de contacto, aunque sigue siendo imprescindible en clase para alumnos de más de seis años y profesores.
En la última semana, se produjo un descenso del 30 por ciento de los casos positivos en Francia y del 25 por ciento de las hospitalizaciones ligadas al Covid-19, tras la subida exponencial registrada entre finales de diciembre y principios de año ligada a la variante ómicron.
El ministro de Salud del país, Olivier Véran, indicó el jueves pasado, que a mediados de marzo podría ponerse fin al pase de vacunación, que exige tener la pauta completa de inmunización para el acceso a la mayor parte de los lugares públicos.
Para ello, precisó, será necesario que el número de pacientes en cuidados intensivos se sitúe por debajo de los 1.500, un millar menos de los actuales; que la tasa de incidencia se sitúe bajo los 500, 200 menos que ahora; y que la tasa de contagio se mantenga de forma duradera por debajo de 1.