Los servicios secretos franceses tienen vigiladas a "cerca de 15.000 personas" porque están en un proceso de radicalización islámica, indicó este domingo el primer ministro, Manuel Valls, que advirtió de que la amenaza terrorista "es máxima" y que esta misma semana se han desbaratado al menos dos atentados.
"Todos los días los servicios secretos desbaratan atentados", subrayó en una entrevista radio-televisada por Europe 1 e iTélé, en la que dio cuenta de la amenaza que representa la presencia en grupos yihadistas en Siria e Irak de 700 franceses o residentes en Francia, de los cuales 275 mujeres.
Añadió que 196 franceses o residente en Francia han muerto en Siria o Irak e hizo también mención de las 1.350 personas encarceladas en Francia por vínculos terroristas.
Teniendo en cuenta esa realidad, avisó de que "habrá nuevos atentados, habrá más víctimas inocentes" y que dentro de diez años habrá que seguir luchando contra el terrorismo porque "el fundamentalismo va a continuar".
Más puestos en cárceles
Valls insistió en que "habrá que seguir creando puestos" en el terreno de la seguridad, "al menos 1.000 al año", y eso tendrá un costo para las arcas públicas de 2.000 a 3.000 millones de euros suplementarios.
En la misma línea, dijo que en los próximos diez años habrá que crear 10.000 puestos más en las prisiones francesas y que habrá que incrementar el peso del gasto en defensa.
"El esfuerzo de seguridad, de justicia y de defensa para Francia y para Europa (...) será colosal", concluyó.
El primer ministro socialista criticó al anterior presidente francés y candidato a las elecciones de 2017 Nicolas Sarkozy, que considera que la respuesta ante la amenaza terrorista del Gobierno actual no está adaptada y no es suficientemente contundente.
Valls consideró que Sarkozy "se equivoca" porque "es brutal en sus propuestas y divide a los franceses" precisamente cuando "dividir a los franceses es hacerles perder su capacidad de resistencia".
Cargó en particular contra la idea de encerrar en centros de retención a todas las personas fichadas por los servicios secretos, que las vigilan por sospechas de vínculos con el radicalismo islámico.