El primer ministro francés, François Fillon, defendió al Gobierno de las crecientes críticas a la poca supervisión que tuvo el asesino confeso de Toulouse, Mohamed Merah, antes de que cometiera las matanzas de cuatro personas en una escuela judía y de tres militares.
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Grupos ligados a Al Qaeda han reivindicado los crímenes de Merah, cuya acción causó conmoción mundial. (Foto: EFE) |
"No había ningún elemento que permitiera atrapar a Mohamed Merah" antes de cometer esos asesinatos porque la legislación no permite "vigilar de forma permanente sin dictamen judicial a alguien que no ha cometido un delito", dijo Fillon en una entrevista con la emisora de radio RTL.
"Vivimos en un Estado de derecho", señaló al defender la labor de los servicios secretos que "hicieron perfectamente su trabajo", ya que habían rodeado al sospechoso, muerto ayer jueves de un tiro en la cabeza durante la operación policial de asalto al departamento en el que estuvo cercado durante más de 32 horas.
El primer ministro reiteró que "el hecho de pertenecer a una organización salafista no es un delito por sí mismo", y añadió que "no hay que mezclar fundamentalismo religioso y terrorismo, aunque naturalmente sabemos los vínculos que hay entre los dos".
Fillon recordó que la Dirección Central de Información Interior (DCRI) ya había identificado a Merah tras estar varias veces en Pakistán y Afganistán -donde según él estuvo en campos de entrenamiento de Al Qaeda- y que lo vigilaron para llegar a la conclusión de que no había "ningún indicio" que hiciera pensar que "era un hombre peligroso y que un día pasaría a la acción".
En tanto, el presidente francés Nicolas Sarkozy señaló que quiere reformar el Código Penal para imponer penas a los que visiten páginas internet que hagan apología del terrorismo o de la violencia y a los que viajen al extranjero para adoctrinarse en esas ideologías.