Los franceses creen que el actual presidente de Francia, François Hollande, es el peor y el menos valiente de todos los jefes de Estado que ha habido en el país en los últimos 30 años, según los resultados de una encuesta difundida este viernes en ese país.
El estudio realizado por el instituto demoscópico BVA entre el 10 y 11 de octubre revela que Hollande es aprobado sólo por el 27 por ciento de los ciudadanos, frente al porcentaje del 45 por ciento obtenido por su predecesor, Nicolas Sarkozy.
El presidente con el mayor beneplácito entre los encuestados es el socialista François Mitterrand, con un apoyo del 57 por ciento, seguido a tan solo un punto de diferencia por el conservador Jacques Chirac.
El estudio advierte de que la popularidad de Mitterrand está muy dividida entre los simpatizantes de izquierda y derecha, al constatar que entre los primeros el visto bueno llega al 89 por ciento, frente al 33 por ciento que recibe por parte del segundo grupo.
El actual jefe del Estado, que según BVA no se beneficia del "efecto nostalgia" de los anteriores, y pierde también cuando se pregunta a la ciudadanía quién es el más valiente, calificación que gana Sarkozy (41 por ciento), seguido por Mitterrand (37 por ciento) y, a mucha mayor distancia, por Chirac (9 por ciento) y Hollande (8 por ciento).
El instituto precisa que, "obviamente", los votantes de derecha rechazan a Hollande, con una mala calificación por parte del 95 por ciento, pero aclara que lo critica también gran parte de quienes se dicen de izquierda, pero no socialistas (58 por ciento).
Las medidas más valientes que se han tomado en las últimas tres décadas, según añade esa encuesta, fueron la abolición de la pena de muerte en 1981 (79 por ciento), la adhesión al euro en 1999 (52 por ciento) y la reforma de los regímenes especiales de jubilación en 2008 (51 por ciento).
En la actualidad, los pasos más osados que deberían adoptarse, a su juicio, serían prohibir que las empresas con beneficios despidan a sus empleados (53 por ciento), cuestionar la semana laboral de 35 horas (47 por ciento) y suprimir la seguridad laboral de los funcionarios (44 por ciento).