La popularidad del presidente francés, Emmanuel Macron, se ha hundido este verano, hasta el punto de que sólo un 31 por ciento de los franceses están contentos con su acción, el nivel más bajo de su mandato e inferior que el de su predecesor, el socialista François Hollande, a la misma época.
Según el instituto demoscópico Ifop-Fiducial, en una encuesta publicada este martes por "Paris Match" y "Sud Radio", el porcentaje de satisfechos con Macron ha bajado 10 puntos este verano (invierno, en el hemisferio sur).
El 31 por ciento es el mínimo desde que en mayo de 2017 ganó en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales frente a la líder ultraderechista Marine Le Pen y además está por debajo del 32 por ciento que tenía Hollande cuando llevaba el mismo tiempo de su mandato, en septiembre de 2013.
Los autores del sondeo vinculan este bajón con el escándalo por su agente de seguridad Alexandre Benalla, que se hizo público en julio, con la dimisión la semana pasada de su ministro de Ecología, el mediático Nicolas Hulot, desalentado por los obstáculos para poner en práctica sus objetivos medioambientales.
También con la falta de decisión sobre la aplicación el año próximo, como lo había programado su propio Gobierno, de la retención en la nómina del impuesto sobre la renta.
Una cuestión que es objeto este martes de una reunión presidida por el jefe del Estado, que se espera también que anuncie al sustituto de Hulot en una remodelación de su Ejecutivo que debería intentar aprovechar para darle un impulso.
El pasado verano, Macron ya había perdido 10 puntos porcentuales de popularidad (al 46 por ciento en septiembre), pero era porque partía de un nivel muy elevado.
El descalabro constatado ahora tiene que ver sobre todo, según Ifop-Fiducial, con una decepción de los electores por la personalidad de Macron. La prueba es que su primer ministro, Edouard Philippe, ha caído tres puntos porcentuales y son un 35 por ciento los que están satisfechos con su desempeño.