Un niño de ocho años, nacional de las Islas Comoras, lleva nueve días detenido solo en el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle de París, donde fue retenido por la policía cuando intentaba entrar a Francia utilizando el pasaporte francés de su primo.
La madre del menor le embarcó en un avión con destino a París, donde aterrizó el pasado 21 de marzo tras 8.000 kilómetros de vuelo con una mochila de spiderman, informó la emisora "France Inter".
El plan de su progenitora era que el chico fuera recogido por su tía, instalada en la región parisina, quien se ocuparía de él en su nueva vida.
Pero las autoridades, al detectar que el menor viajaba con documentos de otra persona, lo encerraron junto a adultos desconocidos en el espacio del aeropuerto destinado a quienes intentan entrar ilegalmente en Francia.
El pasado viernes, el tribunal francés que debía decidir sobre las condiciones de detención del menor estipuló que permaneciera recluido en ese espacio del aeródromo "en interés de su propia protección" hasta que se aclare cuál será su destino futuro.
La legislación francesa estipula que adultos y menores sin papeles en regla pueden permanecer retenidos durante 20 días hasta que se determine si se les admite en el país o se les deporta.
Sin embargo, la situación del menor ha indignado a asociaciones de defensa de los niños como La Voix de L'Enfant, que ha señalado que "nada puede justificar la detención de un niño de ocho años".
Esa asociación acusó a Francia de violar la convención de la ONU sobre los derechos de los niños, que subraya que la detención de menores debe ser la última medida a aplicar y que, en todo caso, deben estar separados de los adultos y en contacto con sus familiares.
"Para un niño, es una prisión. Hay otras soluciones. Debemos poner fin a la detención de menores", declaró en "Europe 1" su abogada, Catherine Daoud, quien denunció que en 2014 se retuvo en salas de espera a 259 menores que viajaban sin acompañante adulto.