Productos como el arroz, maíz, harina, trigo y aceite, están entre los productos afectados.
Analistas atribuyeron el encarecimiento a causas como la sequía y los valores a nivel internacional.
Los precios de productos alimenticios de base aumentaron durante los últimos días en Haití, lo que provocó la inquietud de las familias a pesar de medidas anunciadas por el gobierno para frenar el encarecimiento.
La libra (450 gramos) de arroz se vende a 0,75 dólares (cerca de 350 pesos) , mientras que en julio costaba 0,50 dólares, según las informaciones.
Productos tales como maíz, harina y trigo aumentaron en 0,12 dólares con respecto a los precios de julio, mientras que un galón (3,78 litros) de aceite, cuyo precio rondaba los 6 dólares en julio, cuesta actualmente alrededor de 7 dólares.
Responsables de supermercados manifestaron la escasez de algunos productos y el retraso de entregas de otros, y señalaron que los consumidores sienten la crisis y se han vuelto muy calculadores. En tanto, analistas atribuyeron el encarecimiento a causas como la sequía y la situación de los precios a escala internacional, lo que incide en un país que importa buena parte de sus alimentos.
Medidas gubernamentales
El primer ministro haitiano, Laurent Lamothe, anunció la semana pasada la próxima importación de 300.000 sacos de arroz con el fin de hacer caer su precio en el mercado local. Una comisión ministerial fue constituida por la máxima autoridad de ese país con los representantes de los secretarios de Comercio y Agricultura para la importación de este arroz.
El senador Steeven Benoit expresó su preocupación ante esta medida y se preguntó cuál es la estrategia del Gobierno para colocar este arroz al mismo tiempo en los mercados públicos de todo el país y mostró su preocupación por el hecho de que solo los cercanos al poder podrían beneficiarse del arroz que prevé procurar el Gobierno.
Precisamente las condiciones de vida de la población salieron a relucir en varios movimientos de protestas organizados recientemente en algunas ciudades, entre ellas la capital, Puerto Príncipe, contra la administración del presidente Michel Martelly.
