Un ataque suicida se produjo hoy en una iglesia metodista de la ciudad paquistaní de Quetta, y hasta el momento, se tiene el registro de 10 personas muertas y 44 heridas.
"Se estaba celebrando la misa cuando oímos disparos muy cerca. Estalló el pánico", dijo a Simon Bashir, sacerdote de la iglesia metodista Bethel Memorial, donde se encontraban en ese momento alrededor de 300 fieles.
El sacerdote explicó que hacia el mediodía cuatro insurgentes dispararon primero a un policía en la entrada del recinto y luego a un agente situado en la puerta del templo. Sin embargo, indicó, la llegada de más fuerzas de seguridad evitó que entraran en el edificio y se desencadenó un fuerte tiroteo.
El fuerte enfrentamiento, provocó que uno de los cuatro terroristas lograra detonar los explosivos que portaba cerca de la puerta del edificio, mientras que otro de ellos fue abatido por la Policía cuando intentó hacer lo mismo.
"Mujeres y niños empezaron a gritar, se produjo una estampida. La explosión fue tan fuerte que hizo que la iglesia se tambaleara", describió Bashir, quien añadió que la detonación dejó el templo muy dañado, con muros caídos y cristales rotos.
Un portavoz de la Policía local, Muhammed Ramzan, confirmó a EFE que están rastreando la zona para localizar a los dos insurgentes fugitivos e insistió en que la respuesta de las fuerzas de seguridad fue inmediata, lo que evitó que el número de víctimas fuera mayor.
El Gobierno de Baluchistán declaró al inicio del atentado el estado de emergencia en los hospitales de Quetta, además solicitó que todo el personal médico estuviera disponible y con las instalaciones preparadas para recibir a los posibles heridos.
En tanto, el Estado Islámico (EI) se adjudicó el atentado a través de un comunicado difundido por la red social Telegram, en el que afirmó que fue cometido por dos "mártires" de la agrupación.
