¿Cómo es la isla más peligrosa del mundo donde asesinaron a un misionero?
La ahora célebre isla Sentinel del Norte lleva más de 60 mil años poblada.
La ahora célebre isla Sentinel del Norte lleva más de 60 mil años poblada.
La muerte del misionero estadounidense John Chau, de 27 años, a manos de unos nativos a los que quería evangelizar se viralizó por varias razones. No todos los días un occidental es atravesado por flechas en el pecho en una isla "prohibida".
La ahora célebre isla Sentinel del Norte está ubicada en remoto territorio de la India, llamado islas Andamán y Nicobar y que se ubica en el oceáno Índico, más cerca de Birmania y Malasia que del país al que pertenecen.
En Sentinel del Norte habita una tribu de aborígenes, los que son considerados los más aislados y peligrosos del planeta. Está prohibido visitar ese territorio cuyos habitantes siempre han rechazado cualquier contacto con el mundo exterior.
Según el censo de 2011, en los menos de 60 kilómetros cuadrados habitan apenas 40 personas, aunque el número no es todo lo exacto que se quisiera por la agresividad de los lugareños, expertos con el arco. Algunos aseguran que son 400.
Si en la Polinesia los visitantes son recibidos con collares de flores, a Chau le dieron la bienvenida con una lluvia de flechas en cuanto llegó, según AFP. Las imágenes satelitales muestran que podría ser un paraíso para ir de vacaciones por sus playas.
La isla Sentinel del Norte está poblada desde hace más de 60.000 años y viven en la Edad de Piedra, aunque su hermetismo hace que no se sepa mucho de su idioma, rituales y hábitos alimenticios. Aseguran que sus habitantes llegaron desde África.
Pese a ser territorio de la India, el primer contacto pacífico ocurrió recién en 1991 y en 1997 las visitas cesaron por la poca amabilidad de los lugareños. La última vez que se habló mundialmente de los sentinelenses fue en 2004.
Tres días después del tsunami que afectó al sudeste asiático del 2004, un helicóptero sobrevoló la isla para ver qué había pasado. Una imagen que se inmortalizó muestra a un hombre intentado derribarlo con flechas y piedras.
Las últimas palabras de Chau fueron "Dios, no quiero morir".