El primer ministro iraquí, el chiíta Nuri al Maliki, extendió el ultimátum de 72 horas que dio hace dos días a la milicia fiel al clérigo Muqtada Sadr -también de esa rama del Islam- para que depusiera las armas hasta el próximo 8 abril.
En un tono mucho más conciliador, el primer ministro ofreció una recompensa económica a aquellos milicianos que respondan positivamente a su llamada.
"Es un deseo del Gobierno dar una oportunidad a aquellos que poseen armamento medio y pesado de entregarlo a las fuerzas de seguridad, por lo que la fecha límite ha sido extendida hasta el 8 de abril en lugar del 28 de marzo", aseguró un comunicado.
El anterior ultimátum amenazaba a los milicianos chiítas con "graves castigos" en caso de continuar el levantamiento armado que comenzó el pasado lunes en Basora, 550 kilómetros al sur de Bagdad, y que se ha extendido a varias poblaciones del sur, así como a algunos barrios de Bagdad.
Por su parte, el portavoz del ministerio de Interior Abdel Karim Jalaf aseguró que continúan con su plan de combatir a los grupos que están fuera de la ley de acuerdo con el plan de seguridad.
"No sólo estamos enfrentándonos a redes criminales, sino también a contrabandistas de petróleo y de drogas", aseguró Jalaf. (EFE)