Un terrorista ingresó en una oficina de reclutamiento de la policía y se inmoló ante las decenas de iraquíes presentes, causando además serios daños estructurales.
Al menos 20 personas murieron y otras 25 resultaron heridas cuando un suicida detonó el cinturón de explosivos que llevaba en un centro de reclutamiento de la policía en la ciudad iraquí de Faluya, en la provincia de Al Anbar, informaron fuentes de seguridad.
Según las mencionadas fuentes, el suicida irrumpió en la entrada de este centro y se inmoló entre decenas de personas que acudieron en respuesta a un llamado del Consejo de Salvación de Al Anbar (formado por jefes tribales opuestos a los insurgentes) a los ciudadanos para que se inscribiesen en las fuerzas de seguridad.
Asimismo, el edificio, situado en el barrio Gidida de la ciudad, sufrió grandes daños y parte de su tejado se desplomó.
El ataque se produjo pocas horas después de que las fuerzas de seguridad iraquíes desactivaron tres autobomba en el barrio de Hai el Yulan, en el norte de esta ciudad.
Las autoridades han decretado un toque de queda indefinido tras el atentado, que podría dejar más víctimas mortales conforme pasen las horas debido al gran número de heridos.
El de este jueves es el segundo atentado en una semana con numerosas víctimas perpetrado en Faluya, situada 50 kilómetros al oeste de Bagdad.
Al menos 25 personas murieron el pasado jueves y otras 30 resultaron heridas tras la explosión de un autobomba, conducido por un suicida, junto a un cortejo fúnebre que recorría el barrio de Hai al Andalus, en pleno centro de la ciudad.
Faluya es uno de los bastiones de la insurgencia sunnita y ha sido uno de los blancos principales de los atentados contra civiles, además del escenario de duros combates entre el Ejército de Estados Unidos e insurgentes. (EFE)
