El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró la madrugada de este domingo que el acuerdo alcanzado en Ginebra sobre el programa nuclear iraní se trata de un "gran acuerdo" que "hace el mundo más seguro".
Obama confirmó que el acuerdo alcanzado congelará durante los próximos seis meses el programa nuclear de Irán con el objetivo de que éste sea "completa y exclusivamente para objetivos pacíficos".
El mandatario también señaló que Israel y sus aliados del Golfo "tienen buenas razones para ser escépticos sobre las intenciones de Irán", pero insistió en que su país impedirá que Irán construya una bomba atómica, para lo cual hoy "se ha dado un importante primer paso".
El presidente estadounidense aseguró que si Irán no cumple "completamente" sus compromisos durante esta fase de seis meses, Estados Unidos volverá activar las sanciones económicas que han sido levantadas por el acuerdo y revocará las ayudas que le han sido concedidas.
"Importantes limitaciones"
Obama insistió en que el texto consensuado implica "importantes limitaciones que ayudarán a prevenir que Irán construya un arma nuclear".
"En pocas palabras, hemos cortado los caminos más probables de Irán hacia una bomba. Mientras tanto, este primer paso crea el tiempo y el espacio durante los próximos seis meses para más negociaciones que aborden plenamente nuestras preocupaciones sobre el programa iraní", agregó.
Bajo el trato al que llegaron hoy los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, el Gobierno iraní se ha comprometido a detener el procesamiento de uranio enriquecido hasta el 20 por ciento y sólo podrá hacerlo por debajo del 5 por ciento, lo que resulta suficiente para su uso civil.
Asimismo, no seguirá expandiendo las plantas nucleares de Fordo y Natanz, ni la planta de agua pesada de Arak, en construcción y donde, una vez que empiece a operar, se podría producir plutonio.
El acuerdo alcanzado en la madrugada de hoy en Ginebra entre el G5+1 (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China más Alemania) e Irán supone un hito histórico en la diplomacia reciente y, según ha subrayado el presidente, supone paralizar por primera vez el desarrollo del programa nuclear iraní en una década