El Tribunal de Milán que enjuicia el llamado "caso Ruby", en el que el ex primer ministro Silvio Berlusconi está acusado de abuso de poder y prostitución de menores, decidió este lunes que el proceso continúe adelante, pese a que los abogados habían pedido su suspensión ante la próxima campaña electoral que vivirá el país.
Los abogados de Berlusconi pidieron la suspensión del proceso hasta después de los comicios (que tendrán lugar el 24 y 25 de febrero) al considerar que su defendido, por ser candidato, no podrá presentarse a las vistas.
Sin embargo, la fiscal del caso, Ilda Bocassini, precisó que "Il Cavaliere" no figura como candidato a jefe de Gobierno y, por tanto, no tendrá impedimentos para acudir.
"La participación de un ciudadano en la actividad política no representa motivo alguno para suspender el proceso hasta las elecciones", señalaron los jueces, cuya resolución coincide con la primera comparecencia de la joven marroquí Karima El Mahroug -más conocida como "Ruby Robacorazones"- a testificar en este caso.
"Ruby" ya había sido llamada a declarar en las pasadas semanas, pero no se presentó y posteriormente se supo que estaba en México de vacaciones. La joven llegó al Tribunal de Milán acompañada por su compañero sentimental y su abogada, Paola Boccardi.
"Ruby" estaba llamada a prestar declaración sólo por parte de los abogados defensores de Berlusconi, ya que la fiscalía declaró que su testimonio no es "creíble". Finalmente éstos declinaron interrogarla, de modo que se considerarán en el proceso los interrogatorios realizados a la joven durante la investigación.
En ellos "Ruby" siempre afirmó que Berlusconi nunca la tocó y que el dinero que recibió fue sólo gracias a la generosidad del empresario y tres veces primer ministro de Italia.
Los antecedentes
En este juicio, el más polémico y mediático de los que tiene pendientes, se intenta esclarecer los hechos que ocurrieron en la noche del 27 al 28 de mayo de 2010, cuando en una comisaría de policía se recibió la llamada del entonces primer ministro para pedir la puesta en libertad de Ruby, quien había sido detenida por un robo.
Esa llamada, según la Fiscalía, constituye un delito de abuso de poder, pues considera que presionó en su condición de jefe del Gobierno para que liberaran a la joven, algo que Berlusconi asegura que hizo por motivos institucionales y para evitar un conflicto diplomático con Egipto, al pensar que era la sobrina del entonces presidente egipcio, Hosni Mubarak.
En este proceso, también los fiscales sostienen que Berlusconi mantuvo relaciones sexuales pagadas en trece ocasiones con Ruby cuando esta tenía 17 años, entre febrero y mayo de 2010, con ocasión de las numerosas fiestas privadas a las que fue invitada la joven marroquí en su residencia en Arcore, próxima a Milán.