El Tribunal Supremo italiano anuló este lunes la absolución del fallecido primer ministro Silvio Berlusconi y otros 28 imputados, incluidas 20 mujeres que iban a sus polémicas fiestas en 2010, en el juicio que investigaba si el magnate compró el silencio de los asistentes, y ordenó un nuevo proceso en apelación.
La máxima corte acogió favorablemente la petición del fiscal general y canceló la sentencia absolutoria para todos los acusados de cohecho en procedimientos judiciales, pronunciada en febrero de 2023, cuatro meses antes del fallecimiento de Berlusconi por una leucemia, según los medios locales.
El Tribunal de Milán había absuelto a todos los imputados, incluidas 20 mujeres que iban a sus polémicas fiestas, conocidas como "Bunga Bunga", en su mansión de Árcore (cerca de Milán), entre ellas la marroquí Karima El Mahroug, alias Ruby, origen del escándalo.
El juez consideró entonces que no había sido probada la acusación debido a una serie de supuestos errores que vulneraban la defensa de los acusados, pero el Supremo ha establecido que si lo fue en el caso del delito de cohecho, aunque ha descartado por prescripción el otro delito, el de perjurio, que pesaba sobre Berlusconi y las mujeres.
El bullado caso
Este proceso es conocido como "Ruby Ter", en alusión a Karima "Ruby Rubacuore" (rompecorazones), como entonces apodó la prensa a la muchacha con quien el político mantuvo relaciones sexuales cuando ella era menor de edad en sus polémicas fiestas.
De aquellas veladas surgieron tres juicios. El primero por los delitos de abuso de poder e incitación a la prostitución de menores en el que llegó a ser condenado a siete años e inhabilitado, pero finalmente fue absuelto en 2015 por el Supremo.
El segundo juicio o "Ruby Bis" supuso la condena por proxenetismo de tres colaboradores: el periodista Emilio Fede, el representante de artistas Lele Mora y la política y actriz Nicole Minetti, y el tercero es sobre el que se ha pronunciado hoy el Supremo.
Reitro de ayudas a las jóvenes involucradas
En noviembre pasado, los hijos de Berlusconi, herederos de su patrimonio, anunciaron que iban a retirar las ayudas económicas mensuales que había concedido el magnate a las 20 jóvenes, además de desalojarlas de los pisos en los que residen gratuitamente.
Además de tener que devolver los apartamentos, a las "Olgettinas", como las bautizó la prensa italiana por vivir en la calle del mismo nombre en Segrate (Milán) también se les canceló la asignación mensual de 2.500 euros otorgada por Berlusconi, que el propio mandatario admitió en 2013 en una de las audiencias del proceso.
Durante uno de los juicios, los fiscales habían calculado que desde marzo de 2012 Berlusconi había pagado casi 11 millones de euros a las chicas.