El papa Francisco mostró de nuevo su solidaridad con las víctimas del terremoto del miércoles en el centro de Italia y dijo después del tradicional rezo del Ángelus que "apenas sea posible" se trasladará a la zona.
"También yo espero ir a encontrarlos, para llevarles personalmente al apoyo de la fe y de la esperanza cristiana", agregó el pontífice.
Francisco manifestó desde el balcón del palacio apostólico a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro su "cercanía espiritual con los habitantes del Lacio, Las Marcas y Umbria, duramente golpeados por el terremoto de estos días".
"Pienso en especial en la gente de Amatrice, Arquata del Tronto, Norcia. De nuevo digo a esas queridas poblaciones que la Iglesia comparte su sufrimiento y sus preocupaciones, y reza por los difuntos y por los supervivientes", dijo el papa.
"La diligencia con la que las autoridades, las fuerzas del orden, protección civil y voluntarios están operando demuestra lo importante que es la solidaridad para superar pruebas tan dolorosas", declaró el papa.
El terremoto de magnitud 6 en la escala de Richter afectó el 24 de agosto a varias localidades del centro de Italia y causó 290 muertos, según el último recuento oficial provisional que rebaja en uno la cifra de fallecidos que había sido comunicada el sábado.