El actual presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, de 80 años de edad, fue elegido este sábado por el Parlamento para renovar por un segundo septenio, después de que los partidos hayan sumido al país durante seis días en un bloqueo absoluto.
"Los complejos días que han pasado para la elección de la Jefatura del Estado y la situación de grave emergencia que afrontamos, desde el punto de vista sanitario, económico y social, llaman al sentido de la responsabilidad y al respeto de las decisiones del Parlamento", dijo Mattarella en un breve mensaje leído en la Jefatura del Estado.
El presidente obtuvo 759 votos a favor, superando los 505 necesarios, y el Parlamento lo celebró con un largo aplauso. En su anterior elección, en 2015, logró 665 votos. Su mandato actual concluye el 3 de febrero y había indicado que no quería renovar por un segundo septenio.
Pese a esto la incapacidad de la política por encontrar otra solución lo hizo cambiar de opinión y aceptar la decisión. De esta forma, jurará su cargo la próxima semana, y se convertirá en el segundo jefe del Estado en repetir mandato.
Para que los partidos pusieran fin al impasse político, tuvieron que realizar ocho votaciones, dejando a Mattarella al frente de la Jefatura del Estado y Mario Draghi en el Gobierno, quien había mostrado su voluntad para ser el nuevo presidente sin éxito, al no encontrar a otro jefe capaz de mantener unida a la coalición actual.
REACCIONES TRAS LA PROLONGADA ELECCIÓN
"Los italianos no se merecen más días de desconcierto. Tengo la conciencia tranquila, he hecho numerosas propuestas, todas de alto nivel, todas rechazadas por la izquierda. Defendemos que Mattarella siga en el Quirinal (sede de la Jefatura del Estado) y Mario Draghi en el Gobierno", escribió el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini.
"Mantener a Mattarella en el Quirinal y a Draghi en el Gobierno es la mejor solución para Italia", opinó por su parte el ex primer ministro, Matteo Renzi.
El líder del progresista Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, agradeció a Mattarella en su cuenta de Twitter, mientras que el de Forza Italia, Silvio Berlusconi, y el del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Giuseppe Conte, dijeron que es el único que puede garantizar la unidad.
La solución no gustó a la líder del ultraderechista Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, que en las redes sociales subrayó: "Me asombraría que Mattarella aceptara, después de haber rechazado firme y reiteradamente esta hipótesis".
FRACASO DE LA POLÍTICA
A juicio de los propios parlamentarios, la difícil elección de Mattarella ha evidenciado el fracaso de los partidos políticos para dialogar y encontrar puntos de convergencia: El líder del PD, Letta, había defendido que Draghi era la mejor opción, pero la Liga, Forza Italia y el M5S lo habían rechazado, argumentando que debe seguir su labor en el Ejecutivo en un año relevante.
La coalición de derecha formada por Forza Italia, Hermanos de Italia y la Liga, había propuesto varios candidatos que fueron rechazados. El viernes se enfrentó a la propuesta de la presidenta del Senado, que sacó incluso menos votos que los que conforman la alianza conservadora.
Lo anterior desató una crisis entre los socios por saber quién se había desmarcado de la línea pactada en la alianza tripartita, que terminó perjudicada estos días. La líder de Hermanos de Italia no ocultó sus discrepancias con Salvini por la elección de Mattarella, mientras Forza Italia señaló que a partir de ahora actuará con independencia.