Uno de los sobrevivientes que viajaba en la embarcación con más de 200 inmigrantes de Somalia y Eritrea, que se hundió el viernes en las aguas del Mediterráneo, le describió a la BBC cómo el pánico se apoderó de los pasajeros cuando la nave comenzó a hundirse en el agua.
El hombre, que no quiso revelar su identidad y se hizo llamar Abde, contó cómo debió permanecer en el agua junto a los demás pasajeros por más de una hora esperando que los rescaten.
Abde se encuentra ahora en un centro de detención en la isla italiana de Lampedusa. Su punto de partida fue un campamento de refugiados palestinos en Damasco, Siria. Se fue de allí para huir de la violencia.
Primero viajó a Egipto. Luego a Libia, donde le pagó a un contrabandista -junto con su hermano y su tío- para que lo llevase a Italia.
Su destino final, dice, era Suecia, donde tiene familiares.
Engaño
"Era jueves cuando salimos", le dice a la BBC.
"Nos llevaron a una playa y allí esperamos hasta que se hizo de noche".
Les habían dicho que la nave era fuerte, pero cuando la vieron descubrieron que era "pequeña y de madera".
"La vimos pero ya era muy tarde, ya no teníamos a dónde volver".
Al barco comenzaron a dispararle apenas salió de la costa. Los disparos provenían de los guardas costeros libios, dice, aunque otros testigos culpan a las milicias libias o a los traficantes.
"Cuando llegamos a aguas internacionales, se acercaron a nosotros y lanzaron disparos al aire. Nosotros seguimos avanzando. Cuando entramos en aguas italianas, se cansaron y empezaron a dispararnos".
"Le dispararon a dos de los capitanes. Algunas de las mujeres recibieron disparos. Lo último que hicieron fue dispararle a la sala de máquinas que está en el fondo del bote y así fue como el agua empezó a entrar dentro de la nave".
Equilibrio inestable
Abde cuenta que los pasajeros trataron de tapar los agujeros de las balas, pero la presión del agua era demasiado fuerte. El barco comenzó a llenarse de agua rápidamente y cuando llegaron cerca de Lampedusa, las olas comenzaron a empujarlos hacia Malta.
El capitán parecía perdido, dice.
"El barco comenzó a llenarse de agua y empezó a perder el equilibrio", señala.
"Las niñas empezaron a gritar, diciendo que iban a morir y pedían que llamen a la Cruz Roja".
"Llamamos a la Cruz Roja italiana y nos dijeron que estábamos en aguas de Malta. Llamamos a la Cruz Roja en Malta y nos dijeron que vendrían en un rato. Preguntamos cuánto se demorarían y nos dijeron 30 o 40 minutos".
"Nos enviaron un avión antes de que el barco se hundiese. Sobrevoló la zona y nos filmó. Por eso pensamos: ahora estamos seguros de que nos vieron y saben lo que nos está pasando".
"Las olas se hicieron más altas y el barco perdió el equilibrio por el agua que tenía en el fondo. La gente estaba muy asustada", rememora.
Adbe cuenta que una ola enorme hizo que el bote se inclinara mucho hacia un lado y los pasajeros se fueron al otro para compensar.
"El barco se fue hacia la derecha y con todo el mundo en el lado derecho, zozobró".
"La gente se puso chalecos salvavidas y esperaba a que los vengan a rescatar. Después de estar en el agua, las olas empezaron a separar a la gente. Podía ver gente nadando por media hora hasta encontrarse. Estuvimos allí una hora, hora y media".
"La Cruz Roja vino a salvarnos, salvaron a los que aún estaban vivos. Espero que esto nunca vuelva a pasar. Entre los muertos hay mujeres y niños".
Una tragedia que se repite
Malta e Italia lanzaron una operación de rescate conjunta el viernes. Lograron salvar a por lo menos 120 personas, que fueron trasladadas a Lampedusa y Malta.
Adbe cree que su hermano fue llevado a Malta, pero no sabe nada de su tío.
La tragedia del viernes ocurrió tan sólo una semana después de que un barco con más de 300 inmigrantes se hundiese frente a las costas de Lampedusa.
Decenas de miles de inmigrantes intentan cruzar todos los años de África del Norte a Lampedusa, Scicilia y otras islas italianas.
Algunos estados de la Unión Europea están haciendo un llamado para hacer una revisión de las leyes de inmigración y para que se lleven a cabo más patrullajes marítimos para evitar tragedias como ésta