Hermanos de Italia presentó un proyecto de ley para que ninguna autoridad pueda prohibir estas imágenes religiosas.
Los ultraderechistas buscan evitar que se siga el ejemplo de países como Francia, que celebran la "Fiesta del Invierno" y no la Navidad.
El partido ultraderechista Hermanos de Italia, en el cual milita la primera ministra de ese país, Giorgia Meloni, presentó un proyecto de ley para "proteger" los pesebres navideños en las escuelas, impidiendo que alguna autoridad pueda prohibirlos.
"Desde hace tiempo asistimos a decisiones de organismos que prohíben el Nacimiento en las escuelas o que modifican su esencia cambiando la fiesta de la Navidad por festividades de invierno. Con este proyecto de ley no será posible. ¡Protejamos nuestras raíces!", sostuvo la impulsora del texto, la senadora Lavinia Mennuni.
Por el momento, el proyecto de ley hecho público por el Senado no cuenta con un articulado y, a la espera de conocer su redacción y contenido, sólo tiene el título "Respeto y protección de las tradiciones religiosas italianas".
No obstante, los medios adelantan sanciones para impedir que alguien pueda prohibir "las celebraciones vinculadas a la Navidad y la Pascua cristiana como el Belén (pesebre) u otros eventos" en la escuela.
La senadora explicó que la iniciativa, cuando se cumplen los 800 años del primer pesebre, fundado por San Francisco de Asís en el pueblo de Greccio, quiere evitar que se siga el ejemplo de países como Francia, que celebran la "Fiesta del Invierno" y no la Navidad.
"En Nantes la administración, en vez de usar los colores tradicionales de la Navidad, ha elegido los del arcoiris LGBTQ. Sabemos que se trata de un proceso en desarrollo sobre todo a nivel europeo", aseveró la senadora conservadora.
Y agregó: "Queremos recordar el valor y la esencia intima de humanidad que hay en este símbolo de nuestra raíz y tradición cristianas. Queremos hacerlo porque creemos que para acoger a otros es necesario tener antes una identidad fuerte".
La propuesta ha sido calificada como "fuera de lugar" por parte de la comunidad escolar, sobre todo desde los centros multiétnicos.
"Supongo que se trata de una tomadura de pelo, porque sólo así puede definirse. Estamos ante medidas que sólo sirven para distraer la atención de los italianos de los verdaderos problemas de la escuela", dijo en un comunicado el presidente del sindicato "DirigentiScuola", Emilio Fratta.
En declaraciones a los medios, líder de la Asociación Nacional de Directores, Antonello Giannelli, defendió "tener presentes las tradiciones del país" pero subrayó que "imponerlas por ley está fuera de lugar".
Desde la política, el vocero de la centrista Italia Viva, Davide Faraone, subsecretario del Ministerio de Educación entre 2014 y 2016, pidió al partido gubernamental "empezar a ocuparse de cosas serias" alegando que "la escuela italiana tiene muchos problemas".
Mientras que la portavoz de los Verdes, Luana Zanella, tildó de "ridícula" esta idea: "Quieren prohibir por ley todo aquello que no les gusta", advirtió.
