Un urólogo italiano de 56 años se hizo pasar por el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, con el fin de recomendarse a sí mismo y conseguir un puesto de trabajo en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma, uno de los más importantes del país.
El hombre llamó a varios directivos del centro médico, a quienes aseguró que era el mandatario italiano, para recomendar a un supuesto nieto que trabajaba como médico en Estados Unidos y deseaba regresar a Italia.
En un primer momento las llamadas del urólogo, ahora acusado por la Fiscalía de Roma de suplantación de identidad y falsedad documental, tuvieron el efecto deseado, pues consiguió agendar una entrevista de trabajo.
A ese encuentro el hombre llegó con una carta de recomendación, presuntamente enviada desde la presidencia de la República y con la rúbrica de Mattarella.
Además, su currículum describía una carrera de excepción con varios trabajos de investigación publicados en prestigiosas revistas, estudios en EEUU y un máster en gestión de centros hospitalarios.
Sin embargo, el plan comenzó a fallar cuando los directivos del hospital hablaron con los responsables del departamento de urología, quienes afirmaron haber recibido también llamadas del propio Mattarella, cuya presunta implicación personal en la contratación del médico llamó la atención.
Al contactar con el Quirinal, la presidencia de la República negó cualquier vínculo entre Mattarella y el médico, quien además utilizó su teléfono personal en las llamadas, por lo que pudo ser identificado con facilidad por la Fiscalía romana.