La radiación registrada en un canal de desagüe de la central de Fukushima, situado junto a un tanque que en agosto filtró 300 toneladas de agua muy contaminada, se duplicó con respecto a las mediciones realizadas el día anterior, informó este jueves la operadora de la planta.
El agua, extraída ayer, mostraba un volumen récord de 140.000 becquereles por litro de rayos beta emitidos por sustancias radiactivas como el estroncio-90, comparado con los 59.000 becquereles de la víspera, explicó Tokyo Electric Power (TEPCO).
La empresa explicó que este aumento puede ser atribuible a las fuertes lluvias que han afectado reciente la central, lo que ha provocado que entre tierra contaminada con sustancias radiactivas en el canal de drenaje.
La conducción se encuentra cerca de un conjunto de tanques que almacena agua altamente tóxica, la cual se ha contaminado al haber sido empleada para inyectarla en los tres reactores que quedaron sin sistema de refrigeración y sufrieron fusiones parciales del núcleo tras ser golpeados por el terremoto y tsunami de 2011.
Estos días TEPCO trabaja a contrarreloj para que además se pueda contener la gran cantidad de lluvia que se espera caiga en las instalaciones con la llegada del segundo tifón en solo diez días.
Se prevé que el tifón Francisco llegue el próximo 27 de octubre al noreste nipón, donde está la central.
Prevención
Para evitar que la lluvia se estanque en el exterior de las instalaciones y rebase sus contenciones de 30 centímetros de altura (como sucedió la pasada semana tras el paso del tifón Wipha) la empresa ha comenzado a trasladar el agua de esa tormenta anterior que aún queda acumulada a una serie de piscinas subterráneas.
Ese líquido restante que se está bombeando contiene un máximo de 970 becquereles por litro de estroncio-90, más de 30 veces el límite que permiten las autoridades niponas en cuanto a vertidos.
Hasta ahora, TEPCO ha tratado de bombear el agua de lluvia a tanques donde almacena agua que posteriormente es sometida a un tratamiento para retirar material radiactivo.
Sin embargo, con la llegada de dos tifones tan seguidos estos tanques se encuentran llenos y la empresa ha anunciado que no tiene más remedio que utilizar tres piscinas subterráneas (con capacidad para almacenar unas 10.000 toneladas de líquido en total), pese a que en su día registraron fugas.
No obstante, el traslado de este agua a las piscinas ha sido autorizado por la Autoridad Nacional de Regulación Nuclear (NRA).