La Moneda apoyó el llamado hecho este lunes por el Consejo de Seguridad de la ONU a hacer un alto al fuego en la guerra de Gaza, que ha causado la muerte a más de 32.000 personas en menos de seis meses.
"El Gobierno de Chile valora positivamente la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aprobada el día de hoy por 14 votos a favor y una abstención, mediante la cual exige un alto al fuego inmediato entre Israel y Hamas, así como la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes", expresó la Cancillería en un comunicado.
La nota agrega que la Administración de Gabriel Boric "aprecia, particularmente, que la resolución solicite un alto al fuego inmediato durante el mes de Ramadán, que sea respetado por todas las partes y conduzca a un alto al fuego duradero y sostenible, así como la urgente necesidad de ampliar el flujo de asistencia humanitaria y reforzar la protección de los civiles en toda la Franja de Gaza".
"El Gobierno de Chile reitera, una vez más, la necesidad de avanzar en la solución de dos Estados, en que Palestina e Israel puedan vivir en paz dentro de fronteras seguras internacionalmente reconocidas, de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas", concluyó el mensaje.
La guerra que comenzó hace casi seis meses ha causado más de 32.000 muertos, ha dejado a un millón de personas, la mitad de los gazatíes, en estado de "inseguridad alimentaria extrema" y ha dejado en el territorio palestino un nivel de destrucción que algunos han comparado al de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial.
El llamado de alto al fuego se logró por primera vez, luego de que en otras cuatro ocasiones tuvieron oposición de Estados Unidos en tres oportunidades, y de Rusia y China en una más.
Las peticiones a Israel de un alto el fuego en Gaza han caído hasta ahora en saco roto, pese a que cada vez más países se han sumado a estos llamados, incluidas naciones europeas como Francia, Alemania o Reino Unido, que al principio de la guerra estaban más cercanas a Israel.
Y otras aliadas que también han ido evolucionando en su postura como Canadá o Japón, con lo que Estados Unidos queda como el último aliado inquebrantable del Estado israelí.