Al menos 18 personas han perdido la vida y 120 resultado heridas tras la ruptura de la tregua.
Se incluyen entre los fallecidos ocho miembros de una misma familia.
El 25 por ciento de las más de 2.000 víctimas fatales de Israel son niños.
Al menos 18 personas, entre ellas una mujer embarazada y un bebé de dos meses, han muerto desde que, ayer martes, el Ejército israelí reanudó sus bombardeos sobre la Franja de Gaza.
Otras 120 personas han resultado heridas en los ataques, además de la esposa y la hija pequeña de Mohamad al Daif, líder de las brigadas Azedim al Kasem, brazo armado del movimiento islamista palestino Hamas.
Según Ashraf al Qedra, portavoz del ministerio gazatí de Salud, otros ocho miembros de una misma familia perdieron la vida en un bombardeo similar contra una vivienda en la localidad de Deir al Balah, en el centro de la Franja.
Un hombre de 20 años y un niño de cuatro perecieron, por su parte, en el barrio de Zaitum, en el este de la ciudad de Gaza, mientras que dos personas que viajaban en una motocicleta fueron alcanzadas por un misil en la población septentrional gazatí de Beit Lahia.
Poco después de este ataque, Israel aseguró haber matado a dos supuestos milicianos, a los que acusaba de lanzar misiles contra el sur del país.
Con estas nuevas muertes, asciende ya a 2.036 el número de palestinos que han perdido la vida en Gaza en la actual ofensiva israelí, un 75 por ciento de ellos civiles y una cuarta parte niños y menores.
Palestinos e israelíes se acusan mutuamente de haber roto este martes el alto el fuego y arruinado así el proceso de negociación para un cese permanente de las hostilidades que se celebraba desde hace días en El Cairo.
Desde entonces, la aviación israelí ha bombardeado más de noventa lugares en Gaza, mientras que las milicias han lanzado 137 cohetes, 24 de los cuales fueron interceptados por el escudo antimisiles, informó la oficina de prensa castrense.
