La ONU dijo hoy que el 70% de las víctimas civiles palestinas de la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás son mujeres y niños, con más de 2.062 bajas entre las primeras y 3.747 menores muertos en los ataques del Ejército israelí, con lo que la cifra total de víctimas mortales ha superado los 8.000, entre los cuales hay muchos aún sin identificar.
En uno de los ataques que produjo más víctimas este lunes, un bombardeo destruyó una sala de bodas en la región intermedia entre el sur y norte de la Franja de Gaza (esta última bajo orden de evacuación de Israel), en la que habían buscado refugio numerosos desplazados, entre los cuales hubo 26 muertos.
En la misma área se reportaron ataques contra distintos edificios, así como contra dos hospitales, uno ubicado en la ciudad de Gaza y el otro en el norte del enclave. Ambos fueron bombardeados y sufrieron daños.
Según el informe diario de la situación en Gaza de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas, 13 hospitales siguen funcionando en ambos sectores -a pesar de haber recibido orden de evacuación- ante la imposibilidad de trasladar a los miles de pacientes, personal médico y desplazados internos (unos 117.000) que han buscado refugio en esas instalaciones.
Un total de 26 camiones con ayuda humanitaria entraron el lunes en Gaza a través de Rafah, el cruce fronterizo con Egipto, pero la ONU ha señalado que aunque la cantidad de asistencia vital que ha entrado en los dos últimos días ha aumentado, todavía es muy insuficiente frente a la gravedad de la situación humanitaria.
De forma sorpresiva, ayer se volvió a interrumpir por razones desconocidas el aprovisionamiento de agua en el sur de Gaza, mientras que no se ha conseguido reparar una tubería que lleva este suministro vital desde Israel hacia el área media del territorio palestino.