Este sábado el número de personas muertas en la Franja de Gaza superó las 28 mil, como consecuencia de los continuos ataques israelíes contra el enclave palestino en el marco de la guerra entre Israel y Hamás que se inició 7 de octubre del 2023, según detalló el Ministerio de Salud gazatí.
La institución precisó que un total de 28.064 palestinos han muerto y 67.611 han resultado heridos, después de que en las últimas 24 horas militares israelíes mataran a 117 personas.
El Ministerio de Salud agregó que en las últimas horas el Ejército israelí ha "perpetrado 16 masacres contra familias de la Franja de Gaza", lo que habría resultado en otras 152 personas heridas.
Según la agencia palestina Wafa, 25 palestinos murieron en bombardeos israelíes sobre Rafah -en el extremo sur de la Franja-, considerada hasta hace poco el único refugio para los civiles, pero que ya ha sido declarada por el primer ministro israelí Netanyahu como "objetivo militar".
Se trataría de alrededor de 1,3 millones de civiles palestinos los que se encuentran en la ciudad de Rafah, con enormes carencias de productos básicos debido al bloqueo impuesto por Israel.
Por su parte, la Oficina del Primer Ministro de Israel aseguró ayer que era "imposible lograr el objetivo de la guerra de eliminar a Hamás y dejar cuatro batallones en Rafah", por lo que pidió al Ejército la evacuación de esta zona.
A la espera de que la incursión armada terrestre se extienda a esta zona, Israel ha intensificado sus operaciones militares en Jan Yunis, supuesto bastión de Hamás en el sur de la Franja, donde lleva más de dos meses de ofensiva que ahora se concentra en la parte oeste de dicha ciudad.
Allí, las fuerzas israelíes mantienen bajo asedio desde hace 20 días a los dos principales hospitales, el Al Naser y el Al Amal, donde ayer irrumpieron soldados israelíes en su interior.
"Las fuerzas de ocupación arrestaron a ocho miembros del personal de la asociación en el Hospital Al Amal, incluidos cuatro médicos, además de cuatro heridos y cinco acompañantes de pacientes", informó la Media Luna Roja palestina, que gestiona ese centro médico.
Según la organización, los soldados israelíes irrumpieron en el hospital durante unas diez horas, en las que "registraron el hospital, destruyeron algunos dispositivos, equipos y muebles, detuvieron al personal, los interrogaron, los golpearon e insultaron e impidieron que el personal y los acompañantes de los pacientes bebieran agua o usaran el baño".